viernes, 26 de septiembre de 2014

Para que los ponen ahí…

Polvorín
José Angel Solorio Martinez
Para que los ponen ahí…
           Una de las estrategias para abatir la violencia y sus consecuencias en Tamaulipas, es el apuntalamiento de las actividades culturales y artísticas en las diversas regiones del estado.
           Era esa, al menos en teoría, la lista de los buenos propósitos gubernamentales para “recomponer el tejido social”.
           Hasta ahí, todo perfecto. Donde el puerco torció el rabo, fue cuando esas buenas intenciones aterrizaron en malas manos. Dos ejemplos de que “el tejido social”, seguirá por largo tiempo destrozado, fragmentado por las embestidas de la inseguridad y sus secuelas, son las ciudades tamaulipecas, Mante y Reynosa. En la urbe cañera, Narcisa Cabriales de García –mejor conocida como la Reyna Madre- sigue operando con una soberana autonomía y un manejo particular de la red cultural oficial que la Reyna de la Basura puso en sus sorjuanescas mañas.
           Y en la polvosa ciudad fronteriza, apareció otro presupuestívoro apodado Moisés García que desde el Instituto Regional para la Cultura y las Artes ha hecho en menos de un año el milagro: desmantelar el circuito de la creación, circulación y difusión de los trabajos que produce la comunidad artística reynosense. La Reyna Madre, ha tomado en su propio provecho el Festival Cultural que la Soberana de la Inmundicia le ofrendó.
           Uno de los eventos de mayor peso en Mante, es la presentación del compositor yucateco Armando Manzanero. Chicha, acaparó todos los boletos; unos los repartió con una generosidad sin par a una iglesia y otros los regaló a su amplio séquito formado por las damas nice de la localidad.
           El instrumento para el encubrir sus trafiques, es la organización TAMANTE. Moisés García, por su parte no se queda atrás. Contrata promotores culturales, y al final de los cursos o talleres que imparten, no les cubre sus honorarios. Obvio: los creadores reynosenses, se han distanciado del IRCA y su gerente ante tales actos de deshonestidad. (No es una infidencia, decir que la escritora y comunicóloga Norah Jáuregui es una de las víctimas de Moisés.
           Capacitó en un taller de Comunicación Verbal a un grupo de ciudadanos convocados por la institución de García…y tras dos meses de trabajo, la capacitadora no pudo ni ha podido cobrar por su trabajo).
           ¿Hacia donde va la Cultura regional con estos depredadores especímenes...?
           Como dicen en sus respectivos pueblos: “Si ya los conocían…para que los ponen ahí”.

No hay comentarios: