Polvorín
José
Ángel Solorio Martínez
El Doctor Muerte, anda estresado. La Influenza AH1N1 está
fuera de control. Miles de tamaulipecos sufren ese padecimiento y sólo han
podido salir bien librados de su fatal secuela, haciendo ricos a los
farmacéuticos y debilitando sus bolsillos. Las políticas de salud pública que
el Galeno Exterminio tiene bajo su responsabilidad, han sido una trágica como
mala broma. Los efectos de esa patología, ha llevado a reconocer a la estructura
médica estatal su ineficacia y su impericia para combatir ese mal.
Decenas de clínicas de gobierno, se caracterizan por un
marcado como obsceno desabasto de medicamento. En varios sitios, la demanda de
la vacuna contra esa enfermedad supera la minúscula oferta del Sector Salud; el
resultado: el crecimiento de la irritación ciudadana que ve sufrir a sus
familias por ese flagelo que ya tomó visos de epidemia.
Norberto Treviño García ya dio a conocer cifras: en
Victoria han muerto cuatro afectados.
Cuentas alegres sin duda.
En Matamoros, reporteros de diversos medios registran en
sus comentarios fallecimientos que superan la treintena. Y en Reynosa situación
similar: se presume más de veinte decesos por los golpes de la influenza.
¿Por qué fallan las instituciones médicas en
el combate de un previsible mal?..
¿Por qué el Doctor Masacre sigue en su cargo
cuando ha mostrado hasta el cansancio que es un hombre ajeno al padecimiento de
los tamaulipecos?..
¿Por qué los programas de salud de la
Federación han sido tan inoperantes como los tamaulipecos?..
Algo debe andar mal en Tamaulipas, cuando
fallece tanta gente por dolencias tan comunes y tan esperadas.
¿A qué
o a quién, le agarraría tanto cariño el Médico Asesino que rehúye a la
jubilación?..
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