domingo, 24 de noviembre de 2013

Cuando el pasado los condena…

Tiempos de Guerra
Feliciano Rangel Montoya
22/11/2013

              Para muchos la competencia los fortalece y a otros su pasado los condena, aniquila y desaparece; así personajes de muchas ciudades de Tamaulipas han pasado a ser, del alago al olvido.
          Muchos se preguntan por ejemplo ¿porque perdió en Madero, Sergio Posadas?, si todo mundo lo conocía, y al respuesta es sencilla, por eso perdió, porque todo mundo lo conocía, el pasado lo condeno.
          Lo mismo paso en otros puntos como Tampico, Matamoros y Reynosa, en la contienda federal pasada; ahora el pasado vuelve aparecer y resulta, que a revivir a los muertos es una tarea que se han dado en Matamoros.
          Quien no recuerda, el paso por la ciudad de Matamoros de Erick Silva Santos, y el producto de su nepotismo, su hermano gemelo Héctor Silva, y el cuñado número uno Hugo Carrillo, entre los 3 hicieron una buena tripleta, todo parecía que ahí terminaba el circulo de poder, pero no fue así, este nombro a otro de la misma estirpe llamado Alejandro Castro, y lo mando a cuidar los recursos de la Junta de Aguas y Drenaje.
          Alejandro solo rendía cuentas al alcalde, su amigo Erick Silva, la autoridad del gerente en turno (Jesús de la Garza) se la pasaba por el arco del triunfo; de ahí de las arcas de la JAD, Castro paso de vivir modestamente como empleado de maquiladora, a vivir en una enorme casa en la avenida principal del fraccionamiento arboledas.
          Por si fuera poco, Alejandro decidía, quien construía, quien trabajaba y quien era despedido de la JAD, era el todo poderoso, a los contratistas (dicen que les pedía el diezmo adelantado) si querían trabajar, al que bien le iba.
          Las atrocidades eran evidentes, pero ahí estuvo al amparo de su amigo el alcalde, ahora el pasado regresa, su llegada como gerente administrativo de la JAD, sonó como platillo de pólvora, sus enemigos y agraviados se suman por decenas.
          La recomendación, dicen que viene desde la dirección de gobierno, donde Castro se refugió, con su ex jefe y amigo Erick Silva; ahora el pasado lo condena, las diferentes voces se alzan y piden rectificar, muy seguramente no se dará, porque la simple noticia puso en enojo a más de cien. Porque esto enoja más a la clase política matamorense, que la misma designación de Guillermo Nieves como gerente general.
          Donde el único pecado que tiene el nuevo gerente es no conocer la ciudad, pero el beneficio de la duda, lo tiene, después de todo ni es el último que llega de fuera y tampoco es el primero. Y si la idea es que el gerente no tenga aspiraciones políticas, solo basta recordar, que Enrique Siller Flores, llego de Saltillo y a la postre fue presidente municipal.
          Pero tampoco, es el primero que llega,  Baltazar Hinojosa, trajo a Marco Solís de Reynosa, a Roberto Muñoz de Saltillo, a Jesús Ostos y Jesús Collado de Victoria, y nadie dijo nada.
          Y regresando al tema  que nos ocupa, la designación  de Alejandro Castro, como gerente administrativo, no se llegó a consolidar,  su pasado lo condeno y le cobro facturas pendientes…seria así como poner al gato a cuidar las madejas de estambre.
De aquello y lo demás…
          Mire que aunque pequeña ciudad, lo importante es lo que los liderazgos hacen y ahí en Díaz Ordaz, Jorge Longoria a puesto la muestra de voluntad, de hacer bien las cosas.
          Acciones y hechos habla por sí solos, la feria estatal fue ejemplo de que la ciudad está de vuelta y en plena ebullición, la agricultura y la producción de maíz palomero, es un ejemplo mundial.
          Pero lo mejor es que la tranquilidad, está de vuelta y eso se nota en el nuevo auge de los diazordansenses.


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