lunes, 9 de septiembre de 2013

2016, sobre brazas y tizones…

El Fogón
José Ángel Solorio Martínez
              El escenario sociopolítico tamaulipeco sobre el cual se desplegará la sucesión gubernamental del 2016, muy probablemente será volátil por no decir explosivo.
          Las reformas educativa, fiscal y energética que van a todo trance, -a decir de los dirigentes priistas- impactará –y no para bien- la estructura institucional.
          En el pasado, una de las reformas neoliberales que abrieron el ciclo para la privatización de PEMEX –por eso nos es casual que Salinas lo haya iniciado y un salinista aspire a cerrarlo- desplegó un núcleo muy importante de insurrección social en el sur de Tamaulipas: la rebelión del quinismo.
          (No se trata de canonizar, a la Quina. Se intenta explicar las consecuencias de un acontecimiento que aún hoy no termina por cicatrizar: la debacle del quinismo aglutinó a buena parte de la sociedad maderense contra el salinismo y sus actitudes. Correcta o incorrectamente, moral o inmoralmente, las masas inconformes de manifestaron contra quienes instintivamente consideraron sus adversarios: Salinas y sus políticas).
          Con todo y que el quinismo fue un fenómeno sociopolítico en el sur del estado, no fue capaz de disputar la gubernatura con sus cuadros. Apenas tuvo arrestos para lograr la alcaldía de Madero y algunas diputaciones federales y locales.
          Los efectos del 1989, aún hoy, se siguen sintiendo en el paisaje de Tamaulipas.
          El 2016 descansará sobre dos ejes de alta peligrosidad para el gobierno estatal y sus brazos políticos: la rebelión de los profesores –del SNTE y de la CNTE- y un posible reagrupamiento de grupos petroleros que siguen visualizando las reformas neoliberales como perniciosas para su gremio.
          El impacto de la reforma educativa, ha mostrado apenas un poco de lo que entre los maestros pueden provocar. Es sólo el comienzo. Cuando el magisterio dimensione en su justa realidad lo que les espera con la reforma educativa, se crispará más la relación entre las masas y sus dirigentes. La irritación puede rebasar los liderazgos institucionales y dejar inservible la red clientelar del SNTE y el PANAL con el PRI.
          En otras palabras: el SNTE está a punto fracturarse.
          Y más: los grupos rebeldes magisteriales pueden escurrirse a partidos de oposición.
(Hay que recordar: el quinismo inconforme se fue al PRD; y hace unos años el PANAL operó contra el PRI)
           El liderazgo de Rafael Méndez Salas se ha achicado. Y no por falta de capacidad. Su colmillo está fuera de duda. Ha sido avasallado por los acontecimientos. Decenas de nuevos dirigentes están en forma larvaria actuando entre las bases. Se empieza a gestar otro SNTE en Tamaulipas.
          La reforma energética, podría revivir los desgastados girones del quinismo. Así como la posible privatización de PEMEX re-oxigenó a Andrés Manuel López Obrador, la posibilidad de que el oxidado quinismo retome sus viejas banderas y reagrupe sus añejos activos
           Ambas circunstancias viables, -el creciente encono del profesorado y el regreso del quinismo- imprimirán a la sucesión gubernamental intensas dosis de rispidez.      
          Los dos fenómenos, erosionarán el tejido priista tamaulipeco con la consecuente debilidad de sus candidatos para el 2016. El 2014 será apenas un indicio del comportamiento político-electoral de los grupos de poder, en el preludio de lo que realmente les interesa: las alcaldías y la gubernatura.
          La pericia política de un dirigente priista se hace imprescindible para las exigencias de los desafíos que vienen. Si se opta por un Presidente del CDE similar al ingenuo de Ramiro Ramos seguramente será borrado por los complicados retos en puerta. E igual: si las oposiciones no leen con certeza los escenarios que se están delineando, el PRI se sostendrá pese al reducido apoyo del electorado en la entidad.
          El priismo parece estar muy confiando. Supone que el pírrico triunfo de julio pasado, es parte de la eterna recomposición institucional. La realidad parece cuestionar esa idea. Se avecinan días de combate. En las calles y en las urnas.
            El 2014 nos darán un poco de luz, sobre el futuro que verán los priistas y las oposiciones en Tamaulipas.
             Tendremos, sin duda, un 2016 muy calientito
               …entre brazas y tizones.

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