jueves, 3 de noviembre de 2011

Propiedad y desarrollo sustentable


Luis Pazos 



          Uno de los objetivos teóricos de los gobiernos es alcanzar un “desarrollo sustentable”: desarrollarse sin destruir el entorno ambiental. Sin embargo, la mayoría de quienes dicen luchar por el medio ambiente desconocen los principios y las leyes necesarias para resguardarlo eficientemente.
          No se puede proteger el medio ambiente sólo con buenos deseos, ni politizando su lucha o mediante leyes que sobre regulen la economía y paralicen la actividad económica. Esas actitudes no ayudan al medio ambiente e impiden la creación de empleos y  progreso.
          En el libro Propiedad y desarrollo sustentable analizo los principios que todo ecologista, que realmente pretenda preservar el medio ambiente debe conocer. En aquellos países donde se garantiza el derecho de propiedad es donde más se ha conservado el medio ambiente; mientras donde la propiedad es común o estatal, se ha deteriorado más.
          El desconocimiento del principio de Hardin o “the Tragedy of the Commons” por muchos ecologistas y grupos que se escudan en la ecología para hacer política, es la causa de leyes que más que ayudar a la conservación del medio ambiente, son fuente de trámites burocráticos que encarecen la construcción y propician la corrupción.
          Alemania, dividida en dos el siglo pasado, es un ejemplo de que los índices de contaminación y destrucción del medio ambiente son superiores en los sistemas gobernados bajo un capitalismo de Estado, como en la Alemania socialista, que donde predomina un sistema de mercado, donde la mayoría de las empresas son propiedad privada, como en la Alemania Occidental.
          El libro Propiedad y desarrollo sustentable demuestra que con leyes que respeten la propiedad se puede lograr un equilibrio con el medio ambiente y alcanzar el desarrollo sustentable. Donde el gobierno supervisa que los propietarios no dañen el medio ambiente ni las empresas privadas tiren desechos en ríos y mares, se respeta más el entorno ecológico, que donde los gobiernos son a la vez propietarios y supervisores. No se debe ser juez y parte.

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