Oscar Diaz Salazar |
Cumple bien el papel de ser el malo de la pelicula, el secretario
Técnico de la administración municipal de Reynosa, Hugo "Alcaldito"
Ramírez. Hacia afuera del círculo mas cercano de la presidenta de Reynosa, Maki
Esther Ortíz Domínguez, se cree que la alcaldesa es muy honesta, muy decente y
muy correcta, y que las transas, los trafiques, los moches, las comisiones y
los negocios, los hace Hugo Ramírez, por su cuenta y traicionando la confianza
que le brinda la doctora. El Alcaldito Ramirez hace las funciones de pararrayo,
de ánodo de sacrificio, al que se dirigen todas las miradas y las indagatorias
cuando se trata de encontrar responsables de lo mucho que hay "mal
puesto" en la presidencia de Reynosa.
Los que tienen acceso a lo que sucede en el cuadro chico makista saben
que el Alcaldito es la pieza sacrificable, que en su momento se habrá de
ofrendar para calmar los ánimos de las contralorias, del escándalo en los
círculos politicos, de la presión en la opinión pública y del disgusto del jefe
político de los panistas en Tamaulipas.
Los de adentro saben que es la Doctora quien manipula y utiliza al
Alcaldito. Hugo Ramírez será el perro al que se le carguen todas las pulgas de
los señalamientos de corrupción y malos manejos, que invariablemente surgen en
los cambios de gobierno; y el gobierno panista de Maki Ortíz no tendría porque
ser la excepción, pues están haciendo lo mismo y con los mismos. Como dice la
canción: en presidencia no hay novedad y la ciudadania sigue esperando un
cambio que no se va a dar, porque no lo pueden ofrecer los que permanecen en el
mismo lugar y con la misma gente.
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