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Jose Angel Solorio Martinez |
Empeorar, también es cambio…
“Hasta el momento no se ha presentado
denunciante alguno sobre el siniestro”, dijo la licenciada Olivia Lemus
Directora regional de Atención a Víctimas de Delitos y Violación de Derechos humanos.
Luego con una alegría y hasta con
presunción apuntó:
-Este departamento tiene fondos
económicos suficientes para en caso de esta clase de siniestros sean apoyados-.
¿Qué ocurre con verticales, honestos
ciudadanos cuando por azares del destino se transforman en servidores
públicos?..
¿Qué extraña metamorfosis sufren esos
paladines de la democracia y la honradez cuando se les entrega una charola que
los hace parte de una burocracia que juraron combatir y cambiar por una con
mayores sensibilidades sociales?..
¿Qué pasó con una abogada que por
años estuvo criticando las instituciones por ser ineficaces y chafas para resolver
los problemas ciudadanos?..
Algo trastocó la mentalidad de la
abogada Lemus.
Debió haber sido algo muy
significativo porque la transformó de una ciudadana crítica y honesta, en una
burócrata inocua y hasta displicente.
La litigante Lemus, parece desconocer
los impactos en la personalidad de quien tiene la mala fortuna de convertirse
en víctima de la imparable violencia en nuestra región. Se nota, que no sabe
cómo actúan los familiares o los mismos afectados, cuando el flagelo les
lastima su alma y su humanidad. Se infiere, que la burócrata –que no funcionaría
porque no funciona, ni servidora pública porque no sirve a quien debe servir-
no tiene la más mínima idea de lo que el dolor y el terror generan en el
espíritu del damnificado.
Aun desconociendo el manual de la
dependencia que le otorgaron, el terrorífico evento en la Colonia las Torres de
Río Bravo, Tamaulipas, en el cual resultaron afectadas más de 15 familias –una
pipa llena de gasolina explotó en una de las calles de ese comunidad, cuando
los federales los seguían para asegurarla ante la presunción de que el
combustible era robado- debió apersonarse en el lugar para realizar un censo de
la gente lastimada en sus bienes y en sus personas.
No lo hizo.
No lo ha hecho.
Le dio por declarar, que ningún
afectado por ese doloroso episodio ha ido a su oficina para reclamar apoyo.
Triste y repugnante.
¿Qué hizo cambiar a la abogada
Lemus?..
Quién sabe.
A estas alturas a nadie le interesa.
Lo que urge, es que las personas
dañadas por ese fortuito hecho, sean auxiliadas.
Digna representante del cambio.
Sin duda: empeorar, también es un
cambio…
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