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Jose Angel Solorio Martinez |
El escurrimiento del alcalde Rivas…
Nuevo Laredo, es la microrregión
sociopolítica más complicada a un año de la elección de la alternancia. El
asunto se agrió, para el PAN y para el PRI las dos fuerzas fundamentales de la
ciudad. Los partidos emergentes, como MORENA y otros –incluyendo a los
candidatos que estén pensando en participar como Independientes- al momento,
viven crisis internas; unos por la falta de ciudadanos relevantes en sus filas
que puedan ser candidatos, y otros por la carencia de estructuras partidistas
que les permitan salir gananciosos en esa mar revuelta que es la esquina mayor
de Tamaulipas.
El PAN, parece haberse desgajado.
El alcalde Enrique Rivas, con su
renuncia a seguir siendo parte del grupo nuevolaredense que lo llevó al poder
–Horacio Garza, es el capitán de ese actor fronterizo, en el cual militan ex
alcaldes como Carlos Cantú Rosas y Ramón Garza Barrios, y hasta hace unos meses
el presidente Rivas- provocó el caos al interior de un victorioso PAN de esa
ínsula.
El alcalde Rivas, no sabe lo que
hizo.
Y menos, ha sido capaz de leer las
consecuencias de sus actos.
La fractura pública con El Mañana de Nuevo
Laredo, mostró el rostro intolerante del alcalde y evidenció los principios de
la ruptura con los canturrosistas que fueron piezas fundamentales para su
triunfo y su arribo a la presidencia municipal. A partir de ese hecho, ya nada
fue lo mismo al interior del bloque anti PRI que habían construido con tanto
esmero y con tanta pulcritud los correligionarios de Horacio Garza.
Rivas, hoy está solo.
Acaso tenga la simpatía de la administración
gubernamental estatal. Sólo que en este caso, es un elemento menor. Por una
razón: los tentáculos de ese ente, no parecen ser definitivos en una ciudad que
tiene una carga histórica de múltiples reveses electorales contra diversos
gobernadores.
El presidente solitario, enfrentará
un bando de adversarios que en sí, son peligrosos en lo individual y mucho más
letales si se presentan en un bloque opositor a sus propósitos reeleccionistas.
Lo de El Mañana, se ve muy pequeño
comparado con el escenario sociopolítico
que construyó Rivas con su empecinamiento. Se sintió más de lo que es; pensó
ser más de lo que representa, en ese nebuloso paisaje social que es Nuevo
Laredo.
Cometió el error, que ni por la mente
de su padre pasó en aquellos tiempos en que el primero Carlos Cantú Rosas,
administró la ciudad. En un ejercicio contrafactual: Cantú Rosas, –el de
aquella época- hubiera aplastado a aquel Rivas de haber cometido la pifia que
hoy estamos visualizando.
Sólo falta el instrumento que los
canturrosistas, con el cual competirán con un diezmado Rivas en su propósito
continuista. Pueden optar por la rúa Independiente, o por las siglas que
parecen estar a la alta: MORENA.
Los tropiezos del alcalde, hacen
viable y potencialmente ganador cualquier camino para Cantú Rosas y seguidores.
Nuevo Laredo es una ciudad brutal: devora a sus hijos que se descuidan. Rivas,
es una presa fácil para la turba de contrincantes que se están poniendo
enfrente suya.
¿Podrá salvarlo, quien lo orilló al
divorcio político de su grupo original?..
¿Los canturrositas, perdonarán la
infidencia y la traición de su ex aliado?..
¿Qué postura editorial tomará El Mañana, ante
la candidatura de Rivas?..
(Esto último se sobreentiende. Sólo
es una pregunta retórica).
¿Le cumplirán las promesas al
debilitado alcalde, desde el gobierno estatal?..
Falta poco para conocer los
desenlaces.
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