Oscar Diaz Salazar |
El hijo de la presidenta municipal de Reynosa, Maki Ortiz, es un junior
insensible y desconectado de la realidad que vivimos en Reynosa
El hijo de la presidenta municipal de
Reynosa, Maki Ortiz, es un junior insensible y desconectado de la realidad que
vivimos en Reynosa. Educado en Estados Unidos, desde la escuela básica hasta
una maestría en Ciencia Política, Carlitos Peña, alternó sus estudios en
Washington y en otras ciudades norteamericanas, con la práctica del golf,
deporte elitista por excelencia, pasatiempo de los pudientes, de los que
pertenecen a la clase social ubicada en el extremo opuesto del universo poblacional
que utiliza los servicios y los apoyos del DIF.
A Carlitos Peña lo arroparon con pañales de
seda, es hijo único de una familia con solvencia económica. Su padre pertenece
a una familia reynosense y rica de abolengo, y su madre, la ahora alcaldesa de
Reynosa, es egresada del Tecnológico de Monterrey, de lo que se infiere que
había suficientes recursos en la familia Ortiz Domínguez de Chihuahua.
La práctica del golf a niveles muy
competitivos, en los circuitos universitarios, es la gracia de ese muchacho que
dejó de trabajar con un congresista en el país del norte, para asumir la
presidencia del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Reynosa,
un cargo que de origen fue honorífico, pero que con el tiempo se convirtió en un
puesto muy bien remunerado, con muchas prestaciones, y con un ejército de
colaboradores a su disposición.
La primera medida genial que se le ocurrió a
Carlitos Peña, recién llegado a la presidencia del DIF, fue el incremento de
los servicios médicos, de las medicinas, y de las terapias de rehabilitación
que se ofrecen en el DIF Reynosa.
Tal vez de buena fe, quizás movido por el
afán de ser útil, de ser efectivo, el junior de Maki propuso medidas de claro
enfoque recaudatorio, que serían excelentes en una empresa dedicada al lucro, a
la obtención de ganancias, pero que en el caso del DIF, de una institución de
asistencia social, provocaron el rechazo entre la población, y mostró al
muchacho como insensible e ignorante de lo que son y para que sirven nuestras
instituciones.
Colocar al hijo en la presidencia del DIF
Reynosa, un puesto diseñado para "entretener" a las esposas de los
presidentes municipales, fue un movimiento de Maki Ortiz para
"proyectar" a Carlitos Peña, y si las cosas le resultan, para hacerlo
candidato a diputado federal en el 2018.
En la misma jugada de la alcaldesa de Reynosa
para impulsar a su retoño usando como plataforma el DIF, ya le consiguió
patrocinador al muchacho, ya eligió al padrino de campaña... El padre de la
Directora del DIF.
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