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Gildo Garza |
¿Qué culpa tiene el meme?
Sí se puede criticar que los
memes están subordinados al juego de la moda y los tiempos.
De la mismísima
banalización del arte, del consumismo, la política y la globalización
ejerciendo en alguna medida el imperialismo mediático, también se puede
observar el lado positivo de este fenómeno.
Varios memes se vuelven
prácticas de resistencia ante el poder.
A través de la estupidez humorística del meme, se dice la verdad, se expresa el malestar.
A través de la estupidez humorística del meme, se dice la verdad, se expresa el malestar.
Algunos gobiernos
intolerantes realizan la eficaz e inmoral costumbre de eliminar al portador del
meme.
Otros se avocan, con
menos radicalidad, a la censura de los contenidos del internet.
La penalización de los
memes en contra del gobierno, no es cosa menor.
La producción de memes es un asunto de
libertad de pensamiento y de expresión.
Ejemplificando en China
esta libertad es coartada terriblemente.
El internet en tal
región está censurado y regulado por un gran firewall que filtra los contenidos
a los que pueden acceder los usuarios chinos.
Es bastante popular el
incidente del tanque en la plaza de Tiananmen.
Los usuarios chinos no
encuentran información textual ni fílmica al respecto, en los buscadores, pero
han logrado colar memes sobre ese evento, sustituyendo a los tanques por
patitos de hule u otras referencias en sus redes sociales.
Muchos de estos usuarios
chinos funcionaron como trolls. El troll hace una mofa con una intención de
burla y crítica.
El troleo es una
sofisticada crítica y un escape cultural que usa un tono colérico, ambivalente,
irónico, el cual, permite decir sin tanta claridad lo que claramente está
prohibido decir.
Bajo este contexto, los
memes son formas de desobediencia.
Incluso muestran preocupaciones ciudadanas, aunque la intención del que trolea no siempre es clara.
Incluso muestran preocupaciones ciudadanas, aunque la intención del que trolea no siempre es clara.
Comentan una realidad
cotidiana y política desde la idiotez. La cotidianidad política es tan
desalentadora que inspira tal mentalidad.
El chiste malo invita a
la participación en una burda conversación entre desconocidos a través de imágenes
ridículas.
A veces un meme dice lo
que justamente los medios de comunicación y los gobiernos callan.
Hace memoria sobre lo que
otros quieren que se olvide.
Los memes expresan
opiniones a través de un discurso simbólico-icónico.
Tienen una función expresiva
de ruptura y transgresión sin pretender generar un diálogo constructivo, porque
los memes ponen de lado los canales estandarizados de comunicación.
General un ámbito de
discusión que es paralelo a la esfera tradicional que usan los políticos.
Permiten hacer catarsis,
pero también difundir una idea o sentimiento en común.
Fomentan actitudes de
pensamiento, de acción.
Así que los memes también
están orientados a la praxis.
Los memes se difunden en
las redes sociales.
Éstas son estructuras
complejas de personas que comparten una relación -al menos- en una plataforma
de comunicación virtual con perfiles públicos o semi-públicos.
En otras palabras, los
memes participan de la promoción de actitudes, de opiniones sociales.
Es más fácil hacer
circular una imagen sugiriendo un discurso político que redactar un posicionamiento
político y postearlo.
También parece que
influyen en la generación de movilizaciones sociales.
Desgraciadamente su
efecto no es tan fácil de medir, ni parece ser igual en todas las sociedades.
Los memes son capacidad
de enunciación, fuerza política. Los memes son un patrimonio comunitario de la
cultura digital.
Todo esto desmantela la
tesis del imperialismo mediático, ya que un mismo mensaje no es interpretado de
la misma manera por las personas.
La convergencia
mediática no tiene el control absoluto sobre cuatro formas de poder: el
económico, el cultural, el político y el psicológico.
La relación entre dichos
poderes es bastante compleja como para que uno controle al resto.
Ayer el Gobernador de
Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca emitió un tweet desde su
cuenta personal a las 17:42 de la tarde.
“Decidí no promulgar las
Reformas al Código Penal de Tamaulipas; se harán ajustes garantizando en todo
momento la libertad de expresión.”
Esto volcó, las redes
sociales en cientos de incógnitas por las reformas que se presentaron ante el
Congreso Local, sobre la mentada #LeyMordaza.
Más de 24 mil reacciones
en redes sociales; siendo copioso el universo tamaulipeco en el nuevo poder.
Al final el análisis
contundente. Lo dejaron solo.
Ya lo decía con mucha
claridad Emiliano Zapata: “el meme es de quien lo trabaja”.
A chambear.
@gildogarza
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