miércoles, 5 de abril de 2017

Desliz

Gildo Garza
¿Qué culpa tiene el meme?
 Sí se puede criticar que los memes están subordinados al juego de la moda y los tiempos.
          De la mismísima banalización del arte, del consumismo, la política y la globalización ejerciendo en alguna medida el imperialismo mediático, también se puede observar el lado positivo de este fenómeno.
          Varios memes se vuelven prácticas de resistencia ante el poder.
A través de la estupidez humorística del meme, se dice la verdad, se expresa el malestar.
          Algunos gobiernos intolerantes realizan la eficaz e inmoral costumbre de eliminar al portador del meme.
          Otros se avocan, con menos radicalidad, a la censura de los contenidos del internet.
          La penalización de los memes en contra del gobierno, no es cosa menor.
           La producción de memes es un asunto de libertad de pensamiento y de expresión.
         Ejemplificando en China esta libertad es coartada terriblemente.
          El internet en tal región está censurado y regulado por un gran firewall que filtra los contenidos a los que pueden acceder los usuarios chinos.
          Es bastante popular el incidente del tanque en la plaza de Tiananmen.
          Los usuarios chinos no encuentran información textual ni fílmica al respecto, en los buscadores, pero han logrado colar memes sobre ese evento, sustituyendo a los tanques por patitos de hule u otras referencias en sus redes sociales.
          Muchos de estos usuarios chinos funcionaron como trolls. El troll hace una mofa con una intención de burla y crítica.
          El troleo es una sofisticada crítica y un escape cultural que usa un tono colérico, ambivalente, irónico, el cual, permite decir sin tanta claridad lo que claramente está prohibido decir.
          Bajo este contexto, los memes son formas de desobediencia.
Incluso muestran preocupaciones ciudadanas, aunque la intención del que trolea no siempre es clara.
          Comentan una realidad cotidiana y política desde la idiotez. La cotidianidad política es tan desalentadora que inspira tal mentalidad.
          El chiste malo invita a la participación en una burda conversación entre desconocidos a través de imágenes ridículas.
          A veces un meme dice lo que justamente los medios de comunicación y los gobiernos callan.
          Hace memoria sobre lo que otros quieren que se olvide.
          Los memes expresan opiniones a través de un discurso simbólico-icónico.
          Tienen una función expresiva de ruptura y transgresión sin pretender generar un diálogo constructivo, porque los memes ponen de lado los canales estandarizados de comunicación.
          General un ámbito de discusión que es paralelo a la esfera tradicional que usan los políticos.
          Permiten hacer catarsis, pero también difundir una idea o sentimiento en común.
          Fomentan actitudes de pensamiento, de acción.
          Así que los memes también están orientados a la praxis.
          Los memes se difunden en las redes sociales.
          Éstas son estructuras complejas de personas que comparten una relación -al menos- en una plataforma de comunicación virtual con perfiles públicos o semi-públicos.
          En otras palabras, los memes participan de la promoción de actitudes, de opiniones sociales.
          Es más fácil hacer circular una imagen sugiriendo un discurso político que redactar un posicionamiento político y postearlo.
          También parece que influyen en la generación de movilizaciones sociales.
          Desgraciadamente su efecto no es tan fácil de medir, ni parece ser igual en todas las sociedades.
          Los memes son capacidad de enunciación, fuerza política. Los memes son un patrimonio comunitario de la cultura digital.
          Todo esto desmantela la tesis del imperialismo mediático, ya que un mismo mensaje no es interpretado de la misma manera por las personas.
          La convergencia mediática no tiene el control absoluto sobre cuatro formas de poder: el económico, el cultural, el político y el psicológico.
          La relación entre dichos poderes es bastante compleja como para que uno controle al resto.
          Ayer el Gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca emitió un tweet desde su cuenta personal a las 17:42 de la tarde.
          “Decidí no promulgar las Reformas al Código Penal de Tamaulipas; se harán ajustes garantizando en todo momento la libertad de expresión.”
          Esto volcó, las redes sociales en cientos de incógnitas por las reformas que se presentaron ante el Congreso Local, sobre la mentada #LeyMordaza.
          Más de 24 mil reacciones en redes sociales; siendo copioso el universo tamaulipeco en el nuevo poder.
          Al final el análisis contundente. Lo dejaron solo.
          Ya lo decía con mucha claridad Emiliano Zapata: “el meme es de quien lo trabaja”. 
          A chambear. 
@gildogarza

No hay comentarios: