Gildo Garza |
Tres mil 264 horas lleva esta administración
desde el pasado 1 de Octubre. Incluyendo Gobierno, municipios y legislación.
Faltan casi 50 semanas para que inicie el nuevo periodo electoral, en el
que se reelegirán diputados y alcaldes en nuestro Estado.
Hay mucho por decir ante la ejecución de políticas sociales erróneas
durante el nuevo tiempo.
Son contados quienes tienen el poder de dar la cara frente a la
ciudadanía de nueva cuenta.
La administración gubernamental, hace lo suyo y está avanzando.
Los otros no estaban preparados para gobernar.
Prueba es que en el municipio de Altamira predomina solamente un
gobierno aderezado de malas mañas que tienen la suficiente experiencia para
robustecer propiedades y empresas de unos cuantos.
La anterior semana la Casa Encuestadora ARIAS, demolió la ‘efigie’
realizada a la alcaldesa Alma Laura Amparan; quien más bien trabaja a la sombra
de su esposo, el ex alcalde priista Juvenal Hernández Llanos.
El ‘rollizo’, tal como una especie de Rasputín, siempre vive copeando y
con el poder tras el trono, ordena a sus asesoras lo que tiene o no qué hacer
en el municipio.
Herminia Guzmán, Silvia Villafuerte su comadre y su prima Agustina Mora,
priistas convertidas al panismo por interés, siguen mal aconsejando a la
administradora de título, mientras en la Capital ya destiñe el apoyo que se le
brindaba por los fatídicos errores cometidos en los últimos días.
Los bajos índices de inversión, la falta de empleos, la delincuencia y falta
de servicios, sobresale en estos 136 días de administración en Altamira.
Para colmo, la semana pasada, bajo un despliegue de seguridad la
alcaldesa se fue de compras a los almacenes Liverpool, en su vehículo oficial
una camioneta Suburban 2017, además de otros dos automóviles que le
resguardaban su viaje; todos con los logotipos oficiales.
Tal parece que a la alcaldesa le valió un sorbete la indicación dada por
el Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, al advertir a
funcionarios públicos en llevar una imagen pulcra y estar cercanos a la gente,
además de no utilizar los vehículos oficiales para cuestiones personales.
Donde las cosas marchan muy bien… Es en Madero.
Esto, a pesar de los embates de ‘guerra puerca’, orquestados por la dupla
de chiflados, Agustín de la Huerta Mejía y ‘Joniorlito’ Joaquín Hernández
Correa.
Este par ya se sienten homogeneizados en la silla presidencial de Madero
- Miramar, siendo que ninguno de los dos le pisa los talones al actual
presidente municipal Andrés Zorrilla Moreno, quien se ha esmerado en crecer
políticamente haciendo bien las cosas.
Prueba de ello fue la pasada encuesta, Madero salió con el primer
lugar.
Zorrilla ya tiene la reelección ganada.
Sin embargo, por el lado del mal agradecido de ‘Juniorlito’ Hernández
Correa, se desgarra ahora las vestiduras, negando el cobijo del ex gobernador
Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Hoy ‘La Quinita’ habla de corrupción cuando en la época de su padrino
Salvador Barragán Camacho, el ahora diputado local junto con otros prominentes
personajes, -compadres de su padre, por cierto- tenían acaparado el negocio
exclusivo de la transportación. Primero del petróleo hacia las refinerías de
los Estados Unidos y luego de la gasolina ya refinada de nuevo a México para su
consumo, generando desde ese entonces la deuda que aun arrastra PEMEX y por la
cual seguimos pagando todos los mexicanos con los gazolinazos.
¡¡Joaco es uno de los culpables en el aumento de las gasolinas!!
¿Así piensa jugar por la alcaldía de Madero?
Mejor debería contarnos ‘Juniorlito’ cuando Tomás Yarrington visitaba a
su padre cada 15 días en Cuernavaca Morelos; o cuando Tomás, lo defendió de
Lupe González Galván en el aeropuerto de Tampico.
Aún siguen vivas las palabras…
“Lupe, deja en paz a Joaco que es mi amigo”. Mejor, vamos a
chambear.
Y a Guty lo dejamos para la otra…
Mientras no siga metiendo ‘amigas’ a la nómina Conalep.
@gildogarza
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