Jose Angel Solorio Martinez |
El viejo e intocado régimen…
El viejo sistema
político sigue en agonía, pero no muerto. El 5 de junio del 2016, pudo ser el
inicio del desmantelamiento del viejo régimen. Pudo, pero no se quiso. Los
residuos de aquella estructura, gozan de plena salud y sus monumentales
fortunas mal habidas, siguen siendo el soporte de su moral y de su actividad
política en Tamaulipas.
Los ex gobernadores,
siguen extendiendo su presencia y su acción, en el tejido de autoridad en la
región. Delegaciones federales en manos de familiares y amigos de Eugenio
Hernández Flores y de Egidio Torre Cantú son el innegable poder que aún
usufructúan esas perversiones del viejo régimen.
Y no se diga en muchos
ayuntamientos –tanto del PRI como del PAN- en donde se enquistaron ya como
asesores y como representantes en los Cabildos los personeros de aquel par de
negra fama pública.
Uno de los mas
consistentes socios de esa dupla, es Manuel Muñoz Cano. Cobra como asesor, de
varios ayuntamientos tamaulipecos: Matamoros, Ciudad Victoria y Tampico, son
sus clientes, o más bien sus víctimas.
Cada quincena, cobra en
esos sitios 70 mil pesos mensuales más la compensación que hace un ingreso de
150 mil pesos en cada ciudad.
¿Aporta algo sustancial
el licenciado Muñoz Cano a Matamoros, Victoria o Tampico?..
Nada que se sepa.
Ni siquiera es para hacerse
presente en esos lugares.
Se le paga vía depósito
bancario.
Algunos alcaldes,
aceptaron ponerlo en la nómina ante el amago de que es propuesta del ex
gobernador Eugenio Hernández.
Otro sujeto que sigue en
el erario a pesar del cuantioso quebranto que realizó en el área de
comunicación social de la administración geñista, es Manuel Flores. Hoy abreva
del dinero público en donde más se siente cómodo: en la Dirección de
comunicación social del Ayuntamiento de Ciudad Victoria.
Flores, se convirtió a
la sombra de Geño, en uno de los nuevos millonarios en su administración
estatal junto a su jefe el ex presidiario Mario Ruiz Pachuca.
Pero eso no es todo. Su
distinguida esposa cobra en el DIF capitalino ante la algarabía del sedicente
comunicador.
Otra pieza del
abominable legado de Geño es Ricardo Gamundi. Este individuo, sigue presente en
Ciudad Victoria: es socio del servicio de parquímetros en la ciudad.
Esos pequeños ejemplos
son apenas un grano de arena en las administraciones estatal y municipal. Hay
más, mucho más.
Por eso se afirma, que
el viejo régimen todavía respira. El 5 de junio, sólo fue un susto sin
consecuencias mayores. Los egidistas, se solazan en Monterrey con sus
gigantescas fortunas y los geñistas se sonríen desde sus cargos en los diversos
gobiernos en Tamaulipas y San Luis Potosí.
Todavía, los
funcionarios de los vientos de cambio no alcanzan a comprender, que acusar a
miles de aviadores en su administración, no lastima a los acusados sino a los
acusadores. Por una razón: acusar sin denuncia para el castigo, es retórica, es
demagogia y en algunos casos hasta complicidad.
Y lo peor: es mofa para
el ciudadano.
A los hombres de a pié
en Tamaulipas, sólo nos queda una esperanza: el 2018. En la elección de ese
año, si se concreta lo que dice el hartazgo popular y la ira de la gente
iniciaría el derrumbe del viejo régimen y de sus aliados en la región.
Sólo hasta entonces.
¿O los tamaulipecos,
aguantarían otros lustros más a Eugenio Hernández, a Manuel Muñoz Cano, a
Manuel Flores y a la estirpe de los Gamundi?..
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