martes, 20 de septiembre de 2016

El Fogón

El gobernador más débil…
José Ángel Solorio Martínez
          Desde 1917 a la fecha, no había llegado al poder en Tamaulipas, un gobernador tan frágil, menguado, debilitado, como Francisco García Cabeza de Vaca. Ni un jefe del Ejecutivo estatal, en el pasado, tomó posesión del cargo con tanta inconsistencia. Ni siquiera, Manuel Agapito Ravizé, que fue ataviado de gobernador con prendas cognoscitivas de poco calado y con un total desconocimiento de la entidad que el Presidente le entregó para administrar.
          “¿Pero cómo?”, dirán los simpatizantes del reynosense.
          -¡Obtuvo más de 700 mil votos!-, dirán a renglón seguido.
          Efectivamente. El panista, llega a su responsabilidad con un consenso y una legitimidad incuestionable.
          Así: incuestionable.
          Ese no es el problema.
          El asunto es cómo llega a ocupar la silla que le deja Egidio Torre.
           Cabeza de Vaca, tomará protesta como gobernador sin Procurador de Justicia. Es el cargo más inconsistente –inexistente podría decirse-. No opera. No procura Justicia y el aparato que debería apuntalar esa responsabilidad, -Policía Ministerial y Agentes del Ministerio Público fueron desplazados por los poderes facticos-
          Es conocido, que de casi 800 policías ministeriales que iniciaron trabajando en la administración de Torre Cantú, sólo están en acción menos de 100 –según se dice sólo 70 efectivos trabajan en todo Tamaulipas-.
          (En parte eso explica el exponencial crecimiento e impunidad de delitos del fuero común en nuestro estado).
          Y de las decenas de Fiscales, la mayoría está mosqueándose en sus oficinas atendiendo sólo casos de accidentes viales y quejas de maridos y damas de índole adúltero.
          La crisis de seguridad pública, se agrava con la desaparición de la policía preventiva y los agentes viales. Miles de policías y agentes de tránsito fueron despedidos por diversas razones y no han podido ser reemplazados. Nadie cuida las zonas populosas en donde los robos y los daños a los bienes de grupos poblacionales muy amplios, que son altamente vulnerables.
          ¿Puede visualizarse a Cabeza de Vaca, como un Ejecutivo estatal fuerte -si inicia mutilado- sin su brazo procurador de Justicia?..
          ¿Irradiará autoridad y potencia, sin la mayor parte de los guardianes de los derechos y los bienes de los tamaulipecos?..
          La buena fe del ciudadano, podría anteponer la duda como bono de credibilidad al gobernador entrante. Sólo que la benevolencia no es una divisa, que aporte a la construcción de buenos gobiernos.
          Otro elemento que conlleva a suponer que la administración cabecista, iniciará dando tumbos, es el equipo de escaso brillo que rodea al gobernador. No perece ser gente de gobierno y menos de talento. Siguen perdidos en los rencores antipri, y han soslayado construir esquemas de gobernabilidad precisos, puntuales.
          ¿De dónde diablos, salió la grotesca idea de sacar de la capital tres Secretarías?..
          Ya el posible Secretario general de Gobierno -¿pasará los estándares de confianza, que exige para el cargo la Secretaría de Gobernación?- anunció la medida.
          Los cerebros grises del reynosense, debieron haberse preguntado:
1.- ¿Cuánto gasto representa la contratación de nuevo personal?
2.- ¿Cuánta será la erogación de la construcción o renta para las sedes de esas Secretarías?
3.- ¿De cuánto va a ser la indemnización de miles de burócratas despedidos –desde el punto de vista técnico es un despido el cambio de domicilio (cientos de kilómetros)- de la empresa?
4.- ¿Cual será el costo en operatividad ante la lejanía de esos tres importantes brazos del Ejecutivo Estatal?..
5.- Y ya como para molestar a los fundamentalistas azules: ¿Es totalmente constitucional, la medida?.. Por una razón: la capital –Ciudad Victoria- es la sede de los Poderes.
          La inexperiencia -que es amiga muy cercana de la ineficacia-, está saliendo a flote más temprano de lo que se esperaba.
          Sólo nos resta esperar, que ese desconcierto mostrado, no se le cargue totalmente a los tamaulipecos…

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