El gobernador más débil…
José Ángel Solorio Martínez
Desde 1917 a la fecha, no había
llegado al poder en Tamaulipas, un gobernador tan frágil, menguado, debilitado,
como Francisco García Cabeza de Vaca. Ni un jefe del Ejecutivo estatal, en el
pasado, tomó posesión del cargo con tanta inconsistencia. Ni siquiera, Manuel
Agapito Ravizé, que fue ataviado de gobernador con prendas cognoscitivas de
poco calado y con un total desconocimiento de la entidad que el Presidente le
entregó para administrar.
“¿Pero cómo?”, dirán los
simpatizantes del reynosense.
-¡Obtuvo más de 700 mil votos!-,
dirán a renglón seguido.
Efectivamente. El panista, llega a su
responsabilidad con un consenso y una legitimidad incuestionable.
Así: incuestionable.
Ese no es el problema.
El asunto es cómo llega a ocupar la
silla que le deja Egidio Torre.
Cabeza de Vaca, tomará protesta como
gobernador sin Procurador de Justicia. Es el cargo más inconsistente
–inexistente podría decirse-. No opera. No procura Justicia y el aparato que
debería apuntalar esa responsabilidad, -Policía Ministerial y Agentes del
Ministerio Público fueron desplazados por los poderes facticos-
Es conocido, que de casi 800 policías
ministeriales que iniciaron trabajando en la administración de Torre Cantú,
sólo están en acción menos de 100 –según se dice sólo 70 efectivos trabajan en
todo Tamaulipas-.
(En parte eso explica el exponencial
crecimiento e impunidad de delitos del fuero común en nuestro estado).
Y de las decenas de Fiscales, la
mayoría está mosqueándose en sus oficinas atendiendo sólo casos de accidentes
viales y quejas de maridos y damas de índole adúltero.
La crisis de seguridad pública, se
agrava con la desaparición de la policía preventiva y los agentes viales. Miles
de policías y agentes de tránsito fueron despedidos por diversas razones y no
han podido ser reemplazados. Nadie cuida las zonas populosas en donde los robos
y los daños a los bienes de grupos poblacionales muy amplios, que son altamente
vulnerables.
¿Puede visualizarse a Cabeza de Vaca,
como un Ejecutivo estatal fuerte -si inicia mutilado- sin su brazo procurador
de Justicia?..
¿Irradiará autoridad y potencia, sin
la mayor parte de los guardianes de los derechos y los bienes de los
tamaulipecos?..
La buena fe del ciudadano, podría
anteponer la duda como bono de credibilidad al gobernador entrante. Sólo que la
benevolencia no es una divisa, que aporte a la construcción de buenos
gobiernos.
Otro elemento que conlleva a suponer
que la administración cabecista, iniciará dando tumbos, es el equipo de escaso
brillo que rodea al gobernador. No perece ser gente de gobierno y menos de talento.
Siguen perdidos en los rencores antipri, y han soslayado construir esquemas de
gobernabilidad precisos, puntuales.
¿De dónde diablos, salió la grotesca
idea de sacar de la capital tres Secretarías?..
Ya el posible Secretario general de
Gobierno -¿pasará los estándares de confianza, que exige para el cargo la
Secretaría de Gobernación?- anunció la medida.
Los cerebros grises del reynosense,
debieron haberse preguntado:
1.- ¿Cuánto gasto representa la
contratación de nuevo personal?
2.- ¿Cuánta será la erogación de la
construcción o renta para las sedes de esas Secretarías?
3.- ¿De cuánto va a ser la
indemnización de miles de burócratas despedidos –desde el punto de vista
técnico es un despido el cambio de domicilio (cientos de kilómetros)- de la
empresa?
4.- ¿Cual será el costo en operatividad
ante la lejanía de esos tres importantes brazos del Ejecutivo Estatal?..
5.- Y ya como para molestar a los
fundamentalistas azules: ¿Es totalmente constitucional, la medida?.. Por una
razón: la capital –Ciudad Victoria- es la sede de los Poderes.
La inexperiencia -que es amiga muy
cercana de la ineficacia-, está saliendo a flote más temprano de lo que se
esperaba.
Sólo nos resta esperar, que ese
desconcierto mostrado, no se le cargue totalmente a los tamaulipecos…
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