sábado, 10 de septiembre de 2016

El Fogón

Los vientos del TUCVA…
José Ángel Solorio Martínez

          El bono democrático que los tamaulipecos entregaron al gobernador panista electo, el pasado 5 de junio –la confianza entregada en más de 700 mil votos- parece estarse evaporando. Al menos es ese el reflejo de un bloque de resistencia a las políticas del Ejecutivo estatal azul que estaría encabezando el aún alcalde de Nuevo Laredo, Tamaulipas, Carlos Enrique Cantú Rosas.
          La estrategia, todavía está cocinándose.
          Inició con la convocatoria para formar parte de esa plataforma, algunos relevantes comunicadores del estado.
          Todavía, no tienen claro qué hacer y cómo hacerlo.
          Por lo pronto, el motivo cohesionante de esa estructura es el ninguneo y soslayo recibidos por el reynosense gobernador.
Por el momento, Cantú Rosas es el impulsor visible de lo que podría denominarse, TUCVA: Todos Unidos Contra Cabeza de Vaca. Confían sus asesores, que el proyecto sea bien recibido por los cuadros panistas matamorenses que también se perciben excluidos.
          Más claro: esperan que se sume a la iniciativa canturrosista la hasta hoy alcaldesa de Matamoros, Tamaulipas, Leticia Salazar.
          ¿Dañarían la administración estatal que vine esas decisiones de dos de las principales esquinas del poder de Tamaulipas?..
          La aritmética es un evidente indicio de lo que podría ocurrir si se desprenden dos de los más poderosos brazos del panismo tamaulipeco y se adhieren a propuestas como las de Andrés Manuel López Obrador –MORENA- y Dante Delgado –Partido Movimiento Ciudadano:
          Más de 150 mil votos se irían de la clientela azul, erosionando al PAN tamaulipeco y apuntalando a opciones contrarias. Y eso, en tiempo de verdadera competencia electoral hace de los escurrimientos elementos de definición. Al menos en Tamaulipas.
          Es muy poco tiempo, para generar ese tipo de expresiones.
          Sólo puede ser creíble, la exclusión y la prepotencia desde espacios de la soberbia.
          Desde la oposición, es políticamente válido ser rijoso, terco y hasta petulante porque en ciertos escenarios se transpira una actitud de liderazgo ante los excesos de la autoridad.
          Como gobierno, aquellas actitudes, son pecados capitales de la política.
          Los panistas de Nuevo Laredo, no visualizan totalmente al nuevo gobernador como un panista de los suyos. En el sentido real, mucho aportaron al triunfo. En relación a ello sus expectativas son naturalmente grandes.
          Tienen la esperanza de que un panista nuevolaredense identificado con la ciudad, los represente en la nueva administración. En Matamoros, no es tanta la esperanza en que Leticia sea llamada al reino de los cielos. 
          En Nuevo Laredo, sí.
          La gente de Cantú Rosas, ya está preparada para el deslinde.
          Hace unos días, invitaron a la escritora Elena Poniatowska a la ciudad. Inauguró una biblioteca con su nombre.
          Hasta ahí, todo perfecto.
          En el fondo, pareció ser un evento más.
          -Acto cultural-, se dijo.
          La interpretación política es la interesante: Poniatowska, es una de las personalidades mexicanas más cercanas al dirigente nacional de MORENA y seguro candidato a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador.
          Sí los colaboradores cercanos al nuevo Ejecutivo Estatal, no lo visualizan como una señal de Cantú Rosas anunciando los efectos del desequilibrio azul, están dormidos, o asustados ante la gigantesca tarea que tienen enfrente.
          La bola está en la cancha del gobernador electo.
          De él, depende la configuración de los escenarios tamaulipecos para el 2018.

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