La
jaula de los leones…
José Ángel Solorio Martínez
Cuatro ciudades de Tamaulipas, definirán en
mucho, el resultado electoral del 5 de junio. Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros
y Tampico, son las mega comunidades que rebasan el 50 por ciento del electorado
de la entidad. En este polígono demográfico, se está disputando palmo a palmo
el PRI y el PAN el gobierno estatal y sus respectivas alcaldías.
¿Cuál es el escenario que priva en esos municipios?..
El balance hasta hoy, no es bueno para el PAN y su candidato Francisco García Cabeza de Vaca.
El balance hasta hoy, no es bueno para el PAN y su candidato Francisco García Cabeza de Vaca.
En Nuevo Laredo, existe una fractura, un escurrimiento azul. El alcalde
Carlos Cantú Rosas –distante del proyecto del ex alcalde reynosense-, se ha
distanciado de la disputa por la gubernatura y ha centrado su interés en la
pelea por el Ayuntamiento. No ha podido, o no ha querido, superar el encono con
quien le arrebató la candidatura.
Ese desencuentro, ha obstruido el flujo de recursos de un Ayuntamiento poderoso
y potente en ese rubro.
(El apuntalamiento de Cantú Rosas, al candidato a alcalde –Rivas
Ornelas-, es evidente. Como visible es, su actitud con Cabeza de Vaca. Tan
obvia esa inhibición de aportación de recursos que ya ha llegado al CEN del
PAN, provocando fricciones entre el alcalde nuevolaredense y el aspirante
azul).
En síntesis: Nuevo Laredo, tiene segura la hegemonía panista a nivel
alcaldía pero se complica para el candidato a gobernador.
En Reynosa, hay un paisaje sociopolítico
similar a nivel gubernatura; y diferente a ras de suelo. La candidatura de Maky
Ortiz delineada desde las élites, desperdigó al panismo militante. Con la
existencia de candidaturas más sólidas que la Senadora –Leonel Cantú Salinas y
Humberto Prieto- el CEN optó por tomar una decisión central que restó vigor al
panismo reynosense llevándose de encuentro a Cabeza de Vaca.
(Reynosa es acaso el municipio más conflictivo para el candidato a la
gubernatura azul. Su hermano político, José Gómez es uno de sus detractores más
feroces. En este caso, los rencores acumulados por el Senador, lastran las
posibilidades de llegar a la alcaldía a Maky).
En suma: Cabeza de Vaca, tiene cuesta arriba su tierra.
En Matamoros, el asunto está más complicado para el aspirante
blanquiazul. La alcaldesa Leticia Salazar, sigue sin poder procesar el triunfo
interno del ex alcalde reynosense. Y se ha tirado en la hamaca, abandonando a
su suerte a su hermana Verónica quien hace esfuerzos titánicos por llegar a la
presidencia municipal.
Lety ha sido menos diplomática que su homólogo Cantú Rosas. No oculta su
animadversión contra Cabeza de Vaca. Y al igual que el presidente de Nuevo
Laredo, cerró el paso de estructuras y recursos hacia la campaña a gobernador
de su partido.
En corto: el candidato panista a gobernador, tiene poca capacidad de
maniobra en Matamoros.
En Tampico, el candidato panista a la alcaldía Pacheco, no levanta; su
trabajo parlamentario, fue oscuro y anodino y se desprendió de la militancia
para hermanarse con los grupos políticos nacionales. Creció afuera, pero se
debilitó en su casa. Su mirada de soslayo a las tareas panistas le mermaron su
figura.
La repudiada profesora Madalena Peraza, a pesar de todos sus defectos,
está con mayores posicionamientos que sus contrincantes. Los escurrimientos
priistas, apenas se han sentido. Un candidato azul con mayor presencia, hubiera
puesto en riesgo al candidato priista en el puerto.
En concreto: el PRI, se puede llevar –cerrado si se quiere- Tampico en
los dos planos: la alcaldía y la gubernatura.
(Esto no obsta, para reconocer el rencor de la ciudadanía por la
violencia que achacan al PRI y sus gobiernos).
Si Cabeza de Vaca, aspira a ser el candidato opositor a la gubernatura
más competitivo de la historia, debe replantear sus estrategias. No sólo,
superar la absurda soberbia –se siente gobernador ya, y actúa como tal: asiste
a reuniones en el extranjero, promete a inversionistas gringos seguridad,
recibe reconocimientos –auto reconocimientos, etc.- que a ninguna parte lo va a
llevar, sino instrumentar un plan de campaña que ponga como prioridad la
rearticulación de sus alianzas al interior del PAN –los candidatos y los
alcaldes azules, deberían ir en una sola dirección-, para relanzar su campaña
que hasta hoy a muchos ha sorprendido por evidenciar una fortaleza menor de la
esperada.
Se percibe que el PAN, está apostando a los debates.
No parece ser recomendable.
Entrará a una jaula, con muchos leones que
–por diversas razones- aspiran devorarlo…
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