martes, 5 de enero de 2016

El Fogón

La peor precampaña…
…el peor candidato
José Ángel Solorio Martínez
          Nunca antes, una campaña o precampaña, le había salido tan cara al pueblo de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Cifras conservadoras, establecen que el alcalde victorense, Alejandro Etienne Llano, facturó en más de 50 millones de pesos su sueño de ser candidato del PRI a gobernador del estado.
          Movilizaciones, pago a brigadistas, manufactura de propaganda impresa y de medios de información, fueron elementos incorporados a los egresos de la Tesorería municipal.
          Para hacer ponderaciones pertinentes, habrá que decir que el costo del transformador quemado que mantuvo sin agua a más de 100 mil victorenses, es de 40 millones de pesos; que un plan emergente de bacheo, se realiza con 10 millones de pesos, y que los aguinaldos de todos los trabajadores del Ayuntamiento no supera los 15 millones de pesos.
Es decir: con lo que Etienne Llano, gastó en su precampaña bien se pudo evitar el problema del agua, pagar los aguinaldos y hasta resolver el problema de los baches de la capital.
          Desafortunadamente, la política pudo más que la obligación administrativa del fallido precandidato.
          La ambición, movió más su deseo de poder que la obligación cívica de gobernar con eficacia e interés por sus conciudadanos.
          Aún sin tener los gastos de las precampañas de los restantes precandidatos, se puede afirmar sin una pizca de equivocación, que el presidente municipal capitalino, fue el priista que más gastó en esta justa partidista interna.
          Por una razón: fue el único de los pretendientes de la candidatura que tuvo a la mano presupuesto público.
          El resto: o fungen como diputados federales, diputados locales, o desempleados del sistema político priista.
          (Sólo en el festejo de cumpleaños en Reynosa, -asistieron casi 3 mil acarreados- los gastos se cuantifican en algunos 5 millones de pesos: transporte de más de 2 mil, alimentos para esa misma gente y un estímulo económico fluctuante entre los 300 y 600 pesos).
          Ahí no para el asunto.
          Lo real, es que a pesar de esos gastos no logró el objetivo de posicionarse entre la ciudadanía tamaulipeca. 
          Y mucho menos la victorense: 
          ¿Acaso se puede pensar que un alcalde lleve agua su molino, dejando morir de sed a sus representados?..
          La irresponsabilidad del alcalde victorense, permanecerá en el recuerdo del pueblo que gobierna por muchísimos años. Ni un presidente municipal, en centurias, había logrado tanto repudio y tanto rechazo como Etienne Llano, en unas cuantas horas.
          Dejar que las Navidades de los victorenses pasaran sin el preciado líquido es el más fatal error político que se recuerde en la historia de Tamaulipas.
          Esos indicadores, ubican la precampaña de Etienne Llano como la más onerosa y la más ineficaz del amplio grupo de priistas que quieren la candidatura.     
          Los otros, realizaron movimientos creativos, incentivaron a los usuarios de las redes sociales, construyeron discursos propositivos y presumieron de su militancia priista. Y esto, les valió ganar adhesiones y ampliar sus consensos entre su partido y entre su militancia.
          Esos diputados federales, diputados locales y huérfanos de autoridad ya ganaron. Su crecimiento político, -poco o mucho- ahí está.
          El gran perdedor de la contienda, es el pueblo victorense: vio hacerse polvo
50 millones de pesos y crecer sus calamidades.
          Y el gran derrotado: Alejandro Etienne Llano que ni con 50 millones de pesos, pudo hacerse de una sonrisa

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