El gran enigma…
José Ángel Solorio Martínez
José Ángel Solorio Martínez
Como pocas veces en la historia política estatal, los grupos
suprarregionales (afluentes políticos, que operan desde más allá de nuestra
comarca), están actuando en los escenarios municipales tamaulipecos. Antes de
que el salinismo la desmantelara, la vigorosa red de poder corporativa –el
Sindicato de los trabajadores petroleros, el sindicato de los maestros y otras
corporaciones- decidió el destino de muchos Ayuntamientos y curules locales y federales
en nuestra entidad.
Quedaron en el pasado esas glorias del corporativismo.
(Aunque, aún hay expresiones menores de esos actores como en ciudad
Madero).
Se ha dicho hasta el cansancio, que tanto en la Física, como en la
política no existen espacios vacíos. A una fuerza que declina, otra fuerza que
emerge. A una fuerza que se va; una fuerza que llega. A una fuerza que se
apaga; otra fuerza que se enciende.
Esa, ha sido la eterna constante del devenir político tamaulipeco.
Lo de hoy en Tamaulipas, son los actores suprarregionales. Son estos
factores, los que aparecen en reemplazo de las asociaciones corporativas que
negociaron desde el centro del país expresiones de autoridad y mando en la
región.
El más nítido ejemplo de actividad política
suprarregional, es Río Bravo.
Aquí apareció con arrolladora fuerza, Marco Cárdenas Martínez. Este
joven político riobravense actúa con el impulso del dirigente nacional del PRI,
Manlio Fabio Beltrones. Sobrino de Homero Cárdenas Garza –uno de los
tamaulipecos más encumbrados en la política nacional y cercano colaborador de
Emilio Gamboa Patrón- e hijo del ex alcalde Jorge Cárdenas, irrumpió en el
paisaje riobravense y se convirtió en uno de los más respetables contendientes
por la presidencia municipal.
Los efectos de la presencia de Cárdenas Martínez, trastocó el escenario
riobravense. Por una parte: obliga al Comité Directivo Estatal del PRI, a tomar
una decisión eminentemente priista. Es decir: achica las posibilidades de que
el tricolor postule al saltimbanqui político, Diego Guajardo Anzaldúa, porque
Zacarías Melhem Kuri como Marco, garantizan en mucho la competitividad
institucional en el pueblo.
De otra forma: la aparición de Marco, le imprimió potencia y solidez a
un PRI que venía enfilado con el triunfo de Edgar Melhem Salinas y el notable
posicionamiento de Zacarías Melhem Kuri.
Las fortalezas de Cárdenas Martínez y Melhem Kuri, uno por el apoyo
suprarregional y el otro por sus consensos locales, han arrinconado al
candidato de las fuerzas victorenses –Guajardo Anzaldúa- y lo ponen en un tris
de la ruptura.
(Se está obligando al diputado local a tomar la ruta del poder desde
fuera del PRI, que de tanto ir y venir se ha tornado más empinada para el ex
petista, ex perredista, ex panista, ex verde y ex empresario).
Marco y su soporte suprarregional también dieron un vuelco en los
asuntos de equidad. Su actividad y presencia, disminuyeron la posibilidad de
que la opción sea una dama. Su intenso proselitismo, dejó en el olvido las
expectativas del factor femenil riobravense. Zacarías como Marco, se
convirtieron en un serio obstáculo para los anhelos de las damas priistas
riobravenses.
Las mujeres se sentaron en la puerta de su casa, a ver pasar el regalo
de la equidad. En tanto, Cárdenas y Melhem arremetieron con sus ofertas en los
diferentes segmentos de la sociedad riobravense.
El resultado: un Marco y un Zacarías con impetuosas presencias, y un
grupo de féminas tricolores con mucha voluntad pero con pocos consensos.
(En un ajuste de esos que acostumbran los factores regionales, hasta la
diputación local está en riesgo para las chicas tricolores de esa localidad.
Esta variable es posible, porque el empoderamiento femenil en Río Bravo ha sido
frágil y de crecimiento lento. Existen damas valiosas por supuesto; sin
embargo, aún se ven tiernas para las exigentes tareas de una arena electoral de
alta competencia).
Río Bravo es, y seguirá siendo, uno de los más grandes enigmas de la
política tamaulipeca…
No hay comentarios:
Publicar un comentario