Las lecciones del 2015…
José Ángel Solorio Martínez
Junio 13/2015
Este 2015 –y sobre todos sus resultados
electorales-, impone la emergencia de un relevo generacional –y estructural- en
las principales fuerzas políticas de Tamaulipas. El PRI, el PAN, el PRD, MORENA
y MC, parecen estar siendo presionados por los escenarios regionales. Los
ciudadanos, -y su forma de votar- plantean desafíos muy serios para la red
partidista tamaulipeca.
Allá ellos, si no los perciben.
El PRI, mostró un potencia contundente. Sólo explicable, bajo la sombra
del ganador absoluto de esta elección: el abstencionismo. Ello llevó al
triunfo, a candidatos de escasa potencia: Miguel González Salúm, María Esther
Camargo y Paloma Guillén Vicente. Migue, recibió el desdén –por no decir repudio-
del electorado más priista del estado: los victorenses, ganando apenas con unos
centenares de votos la capital ante un aún protagónico Gustavo Cárdenas;
Camargo, con la más baja votación de los candidatos priistas en la entidad,
penosamente pudo triunfar ante un Ismael García Cabeza de Vaca que hizo una
campaña de bajo impacto y de profundos errores y Paloma, casi es derrotada por
una candidata panista que no hizo campaña.
En ese paisaje sociopolítico, el PRI tiene una buena noticia. La
aparición de tres actores emergentes en sus filas: Yahleel Abdala, Edgar Melhem
Salinas y Alejandro Guevara Cobos. Abdala, porque ganó remontando una
desventaja inicial de casi 25 puntos; Melhem, porque incentivó a su electorado
a votar –y a votar por él- en un distrito complejo por lo diverso y Guevara,
porque desde su precampaña, despuntó como uno de los mejores candidatos
tricolores en la región –porcentualmente es el candidato que mayores consensos;
tuvo en su distrito, más del 52 por ciento de apoyo ciudadano-. Estos tres
actores, son los que pueden inyectar sangre joven al institucional tamaulipeco
en los escenarios venideros.
De hecho, esta tercia compró boleto para continuar en la disputa de
espacios políticos: los dos ganadores se anotan para la sucesión gubernamental
en tanto Abdala, se ha ganado la candidatura a la alcaldía nuevolaredense. Ese
es el gran reto del PRI en esta coyuntura. Abrir los poros de su piel, para que
permeen esas figuras que han aparecido con ruidosa eclosión. La tradicional
clase política, ya tiene reemplazo.
Solo hay que esperar, que la tradición política no cancele esa
posibilidad.
La grande ventaja que poseen estos tres priistas, es su bajo porcentaje
de disensos. Es decir: no son tan conocidos como otros militantes que tiene más
de 30 años haciendo política, pero a contrapelo tiene menos disensos que esos
políticos veteranos. En corto: cuentan con menos amplitud de conocimiento, pero
tienen menos puntos negativos. Eso peculiaridad, es el elemento que los está
galvanizando.
El PAN, fue el más afectado por el 8 de 8. La contradicción más
inmediata que tiene que resolver, es asimilar la derrota con la única
herramienta que la política proporciona: la autocrítica. La búsqueda de
culpables, no es lo más saludable. Cuando se centra en encontrar responsables
de las derrotas, se termina profundizando más las consecuencias del descalabro.
Lety perdió, porque fue sola.
Francisco García Cabeza de Vaca, se derrotó porque estuvo aislado.
Carlos Cantú Rosas, se empinó porque quiso ganar por si mismo y confió
el proceso a inocentes operadores que al primer calambre serio se paralizaron y
no salieron de su casa. (Se dejaron de repartir decenas de millones de pesos,
luego de que el Secretario de Obras Públicas, fuera detenido por la PGR y
llevado a chirona).
¿Podrá el PAN racionalizar el garrotazo?..
La Izquierda tamaulipeca, debe refundarse. Tanto el PRD como MORENA,
deben remover todos los escombros heredados por lo más pernicioso del
perredismo tamaulipeco que se enquistó en uno y otro partido. La Izquierda
delincuencial –que desplazó hace años a la Izquierda social- debe ser
reemplazada.
Los resultados electorales, pintan a un PRD en picada y a un MORENA en
crecimiento. ¿Es malo tener dos partidos de Izquierda?. Sí, si son inoperativos
socialmente; no si son dinámicos, democráticos y actores activos en la
sociedad.
Hubo un tiempo, en que la Izquierda fue contrapeso de las instituciones
priistas en Tamaulipas. En la administración de Emilio Martínez Manautou y en
la de Américo Villarreal Guerra, desde el Congreso del Estado se significó como
una voz discordantemente ecuánime. (La época de la Izquierda social).
Esos tiempos, sólo regresarán si el vuelco institucional izquierdista
interno es certero, puntual y urgente.
Cada quien, que tome las lecciones que crea necesarias de los resultados
del 2015… …porque en el 2016, tendrán que mostrar –si quieren ganar- todo lo
aprendido.
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