El arrepentimiento de
Paloma…
José Ángel Solorio
Martínez
Tampico es, actualmente, el municipio de mayor ingobernabilidad en
Tamaulipas. Su alcalde, Gustavo Torres Salinas cada día cosecha más disensos y
repudios en la sociedad porteña. Se distanció de sus aliados que desde las
cúpulas le hicieron un camino amigable para llegar a la alcaldía; se alejó de
los segmentos populares, a los cuales prometió atenciones y buen gobierno a
cambio de sus votos, y traicionó al priismo que sacrificó mucho para convertirlo
en lo que ahora es.
En menos de un mes, centenares de comerciantes y de colonos se han
plantado frente a Palacio municipal, demandando ser escuchados por el jefe
edilicio. Han sido infructuosas esas movilizaciones. Gustavito no quiere ver,
ni quiere escuchar. Esos grupos de tampiqueños, no sólo han sido menospreciados
por la autoridad municipal; han sido, amagados con la fuerza pública a
dispersarse y a mover sus protestas a otros lugares.
Uno de los primeros acuerdos políticos rotos por Torres Salinas, fue los
que signó con la panista y ahora priista Magdalena Peraza Guerra. Es fecha, que
Gustavo no cumple la palabra empeñada con la ex alcaldesa.
Ha sido tan soberbio en su trato que hasta a los políticos que le
ayudaron para obtener la candidatura y luego ganar una campaña que virtualmente
estaba perdida, han sido maltratados por el cada vez más impopular alcalde.
(En este caso están, Antonio Martínez Torres y el Secretario General de
gobierno Herminio Garza Palacios).
¿Quién ha dejado correr esa conducta tan perniciosa del presidente
municipal, en un competido año electoral?..
¿Quién es el responsable, de los censurables gestos de este pícaro
tropical?..
El principal problema del PRI en Tampico, es Gustavo.
Paloma Guillén Vicente, la candidata a diputada del tricolor por el VIII
Distrito, está levantando las tempestades de Torres Salinas. No despega su
campaña. Lejos de recibir vítores la priista, recibe reclamos del priismo que
dice haber sido traicionado por el presidente municipal.
Según los quejosos, fueron tratados mejor en la gestión municipal de
Perraza Guerra –que era panista- que en la del actual alcalde que presume ser
un ferviente priista.
La presidencia municipal de Tampico, dejó de ser un sitio de auxilio
para el priismo necesitado. Segmentos populares, se han refugiado en partidos
como el PAN y el PANAL buscando arroparse y buscando liderazgos que asuman la
defensa de sus intereses y operen como gestores de sus necesidades.
Decenas de comerciantes y locatarios de mercados populares, que se
siente marginados por el alcalde aseguran que el PRI perderá la diputación y
señalan como responsable a Torres Salinas. Uno de los líderes populares de mayor
potencia en el puerto, Misael Garrido Amador que representa a varios centenares
de seguidores –ahora el Movimiento Territorial lo ha sumado a sus filas- ha
sido soslayado por el PRI del alcalde generando la parálisis de ese nutrido
grupo de militantes.
Lo patético es que áreas de gobierno responsables de la política interna
en Tamaulipas –como Herminio Garza Palacios- hayan dejado crecer el problema de
la ingobernabilidad porteña. O que el mismo Rafael González Benavides, haya
abandonado esa plaza en manos de tanta impericia. (Varios meses estuvo
funcionado el PRI jaibo sin delegado del CDE del PRI, en un hecho que demostró
el abandono y la desidia de los órganos superiores en la entidad del tricolor).
Guillén Vicente, ya es considerada fiambre.
Su comité de campaña, no sabe qué hacer.
Su grupo de asesores, desconocen qué aconsejar.
Su jefe de prensa, no se nota.
Su comité de financiamiento, está en quiebra.
Su aliada Magdalena Peraza, hace como que trabaja para el PRI.
Debe ser cierto el rumor:
Paloma está arrepentida de su regreso…
…15 años fuera del puerto, es mucho tiempo.
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