Polvorín
José Ángel Solorio Martínez
Febrero 05/ 2015
El PRI de Tamaulipas, tiene tres
alcaldes problema. Son éstos, personajes que por su conducta, tienen
arrinconados a los candidatos tricolores a las diputaciones federales en los
distritos III, V y VIII. Encabeza la tercia, -Mario de la Garza- el jefe
edilicio de San Fernando. Le sigue el presidente municipal de Victoria,
Alejandro Etienne Llano y cierra la trenza, el alcalde de Tampico Gustavo
Torres Salinas.
Son, sin duda, tres políticos que perdieron su centro de gravedad.
Mario de la Garza, tiene su pueblo
hecho garras. Tanto en sentido urbanístico, como en el sentido político. Desde
el inicio de su administración, rompió con todos los factores de poder de la
comarca. Pudiendo convertirse en un líder regional –San Fernando, es una
especie de locomotora que arrastra a no menos 18 municipios del centro de la
entidad-, decidió reñir con sus correligionarios de partido.
Su
más reciente pleito, lo llevó casi hasta la violencia.
Centenares de cenecistas
tomaron la presidencia municipal pidiendo el cumplimiento de promesas de
campaña y respeto por su organización a la cual intentó desestabilizar para
evitar el crecimiento político de la diputada Griselda Dávila Beas.
La atomización de una clase política
que marca el pulso de la política en el centro de Tamaulipas, está llevando al
candidato Edgar Melhem Salinas a operar contra corriente. Y cómo no: está tan
disputado el distrito, que el voto verde de la región sanfernandense es vital.
Alejandro Etienne, es uno de los
alcaldes más ineficaces del estado. Tiene en el seno de su administración, un
terrible conflicto: su hermano Pedro Etienne, ha tomado como su caja chica
personal la Tesorería. El Tesorero municipal, Gerardo Ocejo Acuña ya presentó
su renuncia ante la gravedad del desbarajuste financiero del hermano Pedro.
Miguel González Salum estará
enfrentando la crisis de un Ayuntamiento que marcha con pie errático, cuando
llame a sus electores a votar por un partido y un gobierno que los dejó en la
orfandad. Los fondos, que debieran encauzarse hacia obras sociales, los está
dirigiendo el hermano Pedro a financiar una ilusoria precampaña de Alejandro a
la gubernatura.
Paloma Guillén Vicente, está a la
sombra del peor alcalde de Tamaulipas: Gustavo Torres Salinas. No hay actor
político en el sur, que no despotrique contra él; ni hay ciudadano cuerdo, que
lo respete. La candidata a la diputación por el VIII, anda histérica. El PRI
municipal jaibo, no tiene teléfonos y casi le cortan la energía eléctrica por
la tacañería del alcalde que ante la sociedad política tricolor porteña, se
comprometió a apuntalar a su partido. (Vamos: ni sus cuotas ha pagado).
Si fueran parte de un texto fársico,
habrían de decirles: los tres tristes trinqueteros…
No hay comentarios:
Publicar un comentario