El Fogón
José Angel Solorio
Martinez
9 Dic. 2014
El póker de damas que requiere el PRI tamaulipeco para ganar cuatro
de las ocho diputaciones, está muy desteñido. Dejando afuera todo tipo de
sexismos y de misoginias, las chicas que hoy se mueven como precandidatas
apenas tienen potencia para ganar algún reinado de alguna escuela de alguna
comunidad rural tamaulipeca.
No dan para más.
(Con todísimo respeto…)
Unas, apenas incursionan en las
contiendas electorales; otras, pretenden ejercer una especie de voto monárquico
mostrando como suyas prendas que son de sus consanguíneos. Mónica González,
aspira acumular capital político con el saldo que aún cree posee su hermano
Raúl de triste memoria en Matamoros en donde ha salido derrotado y repudiado
por el electorado en cuanta aventura política ha emprendido; María Camargo,
imagina que con el consenso de su esposo el ex alcalde Oscar Luebbert
Gutiérrez, le será suficiente para llegar al Congreso de la Unión (como si la
aceptación pudiera transmitirse por ósmosis o su consorte hubiera salido con
cuentas felices de la presidencia municipal: dejó una deuda de más de 400
millones que todavía arrastra la comunidad); Griselda Carrillo, sueña con que
el recuerdo de su padre Sergio Carrillo podrá hacerla ganar una elección en el
complicado distrito que parece estar destinado finalmente para el PAN aunque
inicialmente pudiera ser para una petrolera priista y Paloma Guillén, cree que
la sombra de su hermano puede protegerla desde la penumbrosa selva Lacandona de
los negros conjuros de los capitalista judíos que se han asentado en el PAN
como contumaces larvas.
Para ser sinceros, algunas tienen
más poderío que otras.
Eso no significa, que van a ganar.
Refleja, que perderían con menos
votos.
María Camargo, es sin duda la que
mayores posibilidades tiene del cuarteto femenil. Pero rema cuesta arriba. Va
contra el regidor panista Ismael García Cabeza de Vaca en una región electoral
que tiene el PAN en su poder y ha ganado de mayoría en varias ocasiones. (Francisco
García Cabeza de Vaca, Raúl García Vivian y hasta el rollizo Humberto Prieto
han hecho morder el polvo a muy competentes candidatos tricolores).
El liderazgo de Luebbert está
moviéndose desde el exilio. Y eso no gusta a la clase política que se quedó en
la ciudad defendiendo la plaza con todo y sus desafíos; tanto políticos, como
por los asuntos de la seguridad pública. El ex alcalde, sólo se ha dejado ver
en los partidos de su equipo de beisbol en donde acostumbra hacer lo que mejor
le sale: divertirse.
Con esos obstáculos, Camargo puede
dar la pelea. Pero no le alcanzará para obtener resultados decorosos.
Hace no muchos meses, Luebbert dio
respiración de boca a boca al PAN. De hecho, varios de los cuadros más
relevantes del albiazul, fueron parte de su equipo de gobierno cuando
administró la ciudad con tan malos tinos que no pudo explicar en qué se gastó
los casi 500 millones de pesos que dejó como pasivo para su sucesor Everardo
Villarreal.
Otro indicio que delinea el posible
resultado si Camargo acude al reto de las urnas, es que toda su vida se movió
en áreas de beneficencia y no en terrenos de la política real. Ya fue regidora.
Su único aporte en el cargo fue de proteger a todo trance a su prima Elsa
Gutiérrez de las mil y una trapacerías que cometió con el presupuesto de las
instituciones de cultura que deplorablemente manejó.
Camargo, hoy ocupa un mediano cargo
en la estructura educativa de la ciudad.
Se desempeña como rectora, de algún
plantel que ostenta el rimbombante título de Universidad. No ha mostrado
grandes luces. Sus más cercanos amigos y sus más directos beneficiarios a su
paso por el DIF reynosense, le aplauden con mucha enjundia su labor. Son los
que le han endulzado los oídos, para que acepte la candidatura del PRI por el
II Distrito electoral.
Deberían echarle un ojo a las
encuestas.
Sí así lo hicieran, parafraseando a
Manuel Cavazos Lerma:
“No cambiarían, camino por vereda…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario