El Fogón
José Angel Solorio Martínez
Agosto 31 2014
Pocos, muy pocos, de los alcaldes
tamaulipecos tienen en su haber, tanto tropiezo y tanto descalabro en su feudo
como el de Ciudad Victoria. Alejandro Etienne Llano inicio con el pie
equivocado su administración.
Primero
se enfrentó a un sólido grupo de ecologistas con su decisión de talar un medio
centenar de árboles que sobre la calle ocho había ornamentado, embellecido el
entorno de los capitalinos; luego, los comerciantes y vecinos de esa misma rúa
se enfadaron por los trabajos tan deplorables para la construcción de la obra 8
de 8: se convirtió en un embudo y está generando pérdidas cuantiosas al
comercio que está ahí establecido desde hace décadas. (Todo ello, aderezado con
la indagación que su primer regidor tiene sobre sus espaldas en la SIEDO.
El
más relevante cuadro en el Cabildo, resultó ser un personaje destacado en la
transgresión de la Ley.
El
alcalde se mueve en la misma sintonía: en corrillos de la nota roja, se dice
que la Notaría de Etienne está bajo sospecha).
Las
desventuras del alcalde, no terminaron con todo eso.
En
medio de esa tensión social, se dieron a conocer cifras escalofriantes para la
capital del estado.
Es la
región con más secuestros en todo el país. Ciertamente, es ese un factor que
está lejos de la capacidad de resolución del ex Magistrado.
La
patada en la espinilla para el jefe edilicio, es la negativa trascendencia
nacional de la ciudad que gobierna. Paradójico. Contradictorio y hasta
oscuramente patético que eso le ocurra a un ex Presidente del Supremo Tribunal
de Justicia de Tamaulipas.
¿Cómo
un impartidor de Justicia, está ahora acorralado por el crimen y gobierna una
ciudad en donde impera la impunidad y el quebrantamiento de la Ley?..
En
efecto: Etienne está fuera de toda responsabilidad de ese fenómeno antisocial.
(Sólo se señala la ironía del caso. Es como dicen los colombianos: un hombre
con la pava…-así refieren a la mala suerte esos hermanos-).
De
ninguna manera es todo. Apenas había iniciado su precampaña por todo el estado
en busca de la candidatura a la gubernatura, cuando le reventó un conflicto en
casa: el Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento, realizaron un paro en
demanda de salarios dignos.
Los
empleados, denunciaron una serie de tropelías del Secretario del Ayuntamiento y
del mismo alcalde: se les rebajaba dinero de la nómina directamente sin explicación
alguna.
El
Ayuntamiento, dio marcha atrás en la medida.
Dos
días, bastaron para lastimar una relación que había prometido ser de largo
aliento.
En su
primer informe, Etienne Llano tendrá mucho que explicar a los victorenses.
Porque antes de ser precandidato a lo que sea, es presidente municipal de
Ciudad Victoria.
Por
cierto: debiera enfocarse más en su tarea de administrar la ciudad que le
confiaron los ciudadanos. La gubernatura, es un sueño irrealizable. Y no es
falta de capacidad –que ciertamente ha mostrado muy poca-; ni carencia de
soporte político –si es cierto como asegura que el gobernador lo apoya-; lo que
lo tiene fuera de toda posibilidad es la fatalidad geográfica.
Su
principal obstáculo, es la oriundez. El ser victorense fue su mayor fortaleza
para ser alcalde; hoy, se ha transformado en el mayor lastre para llegar a la
gubernatura.
En la
cresta más alta del poder de Tomás Yarrington –con Vicente Fox en la
Presidencia, es decir sin nadie a quien rendir cuentas de la vida política del
PRI tamaulipeco-, era soberbio, petulante, pero con una lucidez filosa como
pocos políticos tamaulipecos han enseñado.
Sus
colaboradores cercanos, cuando la ruleta política se había detenido en Eugenio
Hernández Flores, preguntaron el por qué él y no los otros. (Estaban en la caja
de espera, en los primeros sitios de las preferencias ciudadanas Oscar
Luebbert, Baltasar Hinojosa, Homero Díaz y Hernández Flores. Y los
matamorenses, Baltasar y Homero entre los más vigorosos que hubieran dado un
signo de continuismo a la administración estatal por 18 años: MCL, Tomás… y
Balta u Homero).
Descalificó
a Luebbert, por alguna razón. Al final, explicó su lógica política –y el porqué
Geño-: -Tamaulipas, no hubiera aguantado otro gobernador de Matamoros…-.
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