Polvorín
Junio 29/2014
El Frívolo Rector de la UAT
Una de las razones por la cual la
Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) es una institución con los más bajos
niveles de calidad educativa entre la comunidad universitaria del país, es la
frivolidad de sus rectores.
Acaso el rector Enrique Luengas Piñeiro, ha sido el único con peso intelectual.
Los restantes, han sido el reflejo fiel de la mayoría de la clase política tamaulipeca: escasas luces, autoritarios, corruptos, chocarreros y hasta cínicos.
Acaso el rector Enrique Luengas Piñeiro, ha sido el único con peso intelectual.
Los restantes, han sido el reflejo fiel de la mayoría de la clase política tamaulipeca: escasas luces, autoritarios, corruptos, chocarreros y hasta cínicos.
Algo tiene el poder, que pierde a los
rectores. Jesús Lavín Flores, se transformó en un ludópata y en un dipsómano;
otro Jesús Lavín –este Santos del Prado-, se sintió omnipotente y casi perdió
el juicio; José Manuel Adame Mier, cayó en las redes y los brazos de bellas
chicas y terminó con un matrimonio que fue ejemplar mientras sirvió como
mediano burócrata universitario; José María Leal, de dirigente de porros pasó a
ejercer un rectorado con más penas que glorias.
Para enriquecer esa peculiar fauna universitaria de élite, llegó la administración de Enrique Etienne Pérez del Río.
Para enriquecer esa peculiar fauna universitaria de élite, llegó la administración de Enrique Etienne Pérez del Río.
Él, se llevó las palmas… …si de frivolidad se trata.
El mas lujoso de los aviones de la UAT, Etienne Pérez del Río lo utiliza
para una verdadera tarea académica -es lo que arguye, muy solemnemente-: llevar
a sus mascotas de shopping a Mc Allen, Texas.
Sus diminutos perritos -con sendos pasaportes para ir y venir a USA- son
los pasajeros de lujo de la aeronave cuyo costo no ha sido puesto en claro por
la autoridad universitaria. ¿Y la comunidad docente?…
Ella, se transporta a diversos eventos como Congresos, Simposios y
Conferencias en el jet de las llanuras: Transportes Mante. Perra suerte, la de
los catedráticos. Suerte perra, la de los perritos de Etienne…
EDITORIAL DE
José Ángel Solorio Martínez
José Ángel Solorio Martínez
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