El Fogón
José Ángel Solorio
Martinez
Junio 08/ 2014
Por primera vez en cuatro años,
la clase política se veía unitaria, compacta, como si algo la cohesionara más
allá de las eternas y penosas pugnas internas.
Jubilosos, los cardenistas;
contentos, los manautouistas; plenos los americanistas; sonrientes los
cavacistas; inusitadamente confiados los yarrintonistas; potentes los geñistas;
esperanzados los rodolfistas –apenas están encontrando fisuras para
incorporarse a la administración pública y a la política- y obviamente,
confiados y alegres los egidistas.
El refrigerado viento del
Centro Cívico –templo priista que en otros tiempos albergó muchos destapes de
gobernadores- acarició como nunca un ambiente de unidad y de concordia entre
las los centenares de bandas políticas institucionales tamaulipecas.
Priistas de todo el estado,
-ataviados esta vez como miembros del Movimiento Territorial (MT)- se
congregaron para ungir a Humberto Valdez Richaud como dirigente de esa vertiente
organizacional del tricolor en Tamaulipas.
Se pasearon entre el pueblo,
decenas de precandidatos y precandidatas a legisladores. Lo mismo, los
precandidatos a gobernador: Alejandro Etienne –sujeto que debe placearse con
más intensidad: el maestro de ceremonias lo presentó como Pedro Etienne-,
Manuel Rodríguez, Homero de la Garza. Todos, como un solo PRI.
La mala noticia es que esa
potencia y esa conducta debieron mostrarla hace cuatro años.
El priismo sureño, es el mismo
de siempre: porras, tambores y matracas -heredadas por el quinismo- en su
eterno afán por desenterrar los tiempos idos.
El ruido de sus contingentes,
sigue siendo directamente proporcional a la orfandad dejada por el estilo de la
política del hombre fuerte.
El priismo del centro, no cambia:
son una media docena de líderes y lideresas de colonia que visten eventos al
gusto.
Aparecen en actos de la CNC; en
mítines de la CNOP y en cualquier asunto donde las masas sean requeridas.
El priismo del norte, con sus
militantes a todo lo que dan –hace años están pidiendo un gobernador de esta
región- encabezados por dirigentes intensos que han aprendido política desde
las loberas de la oposición y han endurecido la piel por los latigazos de un
panismo cada vez más competitivo.
La vena humorística de Valdez
Richaud, no podía faltar.
Como exordio en su discurso
ante sus correligionarios, en un evento priista, en un acontecimiento popular,
en un encuentro de cultura priista… …citó a Octavio Paz.
El púbico quedó estupefacto.
(No faltaron las risillas mordaces de uno que otro sensato político) El nuevo
líder, agradeció al gobernador su apoyo.
Luego, reconoció el trabajo
hecho por su antecesor. En seguida, el dirigente prometió hacer un trabajo
digno para fortalecer al MT y a su partido el PRI.
De otro modo: dijo lo que
decenas de comandantes priistas han dicho –algunos con mejores dicciones- en el
pasado.
Minutos antes, el presidente
del Comité Directivo Estatal, Rafael González Benavides daría la bienvenida a
los enviados del CEN del PRI y a los emetistas (así les dicen a quienes militan
en el MT) que habían dejado sus pueblos desde la madrugada para llegar a la
capital y vitorear a sus representantes.
Adormecedor discurso, del
agotado Presidente del CDE. Hizo esfuerzos denodados, para imbuir optimismo a
sus correligionarios. No pudo.
La lideresa del MT que tomó
protesta a el Bético, tuvo sus cinco minutos de fama.
Habló de las políticas de
Enrique Peña Nieto. Elogió la política educativa del gobernador y auguró un
futuro promisorio para el chocarrero dirigente del MT tamaulipeco.
Por donde se le vea: el nuevo
chiste del Bético, es el Movimiento Territorial… …y del lado que se observe:
fue la convención, de la unidad tardía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario