Polvorín
José Ángel Solorio Martínez
La popularidad del alcalde de Ciudad Victoria, Tamaulipas Alejandro
Etienne Llano se derrumbó. La indagación de la PGR sobre su principal
financiador de su campaña Eugenio Benavides; la mención, en esa misma
averiguación penal de Etienne Llano; su escasa obra pública –la ciudad está
destruida por las lloviznas- y su nula atención al mejoramiento de los
servicios públicos, han hundido las expectativas de este incipiente político.
De presumir, ser el número uno en la
tercia propuesta por el gobernador Egidio Torre Cantú para sucederlo –o al
menos jugar como candidato- se ha desplomado. Hasta el prianista Manuel
Rodríguez –Secretario de Obras Públicas- tiene una mayor aceptación entre el
priismo tamaulipeco. Y no se diga el Secretario de Desarrollo Social, Homero de
la Garza que mantiene una permanente vinculación con diversos grupos sociales
en la entidad.
A tanto ha llegado el desgaste y la escasa potencia del alcalde
victorense, que de último momento se está habilitando al alcalde reynosense
José Elías Leal como precandidato emergente ante la auto-demolición de Etienne
Llano.
(Es esa, una lectura que hay que dar a la presencia del Congreso del
Estado en ciudad Reynosa. Cambiaron de sede para sesionar, sólo para anunciar
el impulso de estructuras jurídicas para apuntalar la política social del
gobierno tamaulipeco. Cierta información oficial, indica que otra intención del
parlamento local es hacer un “reconocimiento al alcalde reynosense.” A Elías
Leal, todavía no le alcanza para la gubernatura. Pero el reemplazo se ve
obligado).
En cinco meses de gobierno, Etienne quemó sus naves.
Al gobernador Egidio Torre, -como el dueño de los cochinitos- de los
tres que tenía… ya nomás le quedan dos.
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