miércoles, 26 de febrero de 2014

El afortunado Aguacate Morris

Polvorín
José Ángel Solorio Martínez

       La toma de protesta de Carlos Morris Torre para asumir la Presidencia del Comité Municipal del PRI en Ciudad Victoria, Tamaulipas mostró que hay niveles.
           Mientras que el presidente del CDE del tricolor, Rafael González Benavides vive en la precariedad –no tiene ni para los salarios de sus auxiliares y no ha podido contratar un jefe de Prensa debido a la carencia de recursos- el sobrino del gobernador se mueve en el dispendio: por disposiciones del alcalde capitalino Alejandro Etienne Llano se le entregarán dos millones de pesos mensuales –aparte del soporte de la Tesorería del gobierno estatal-; se le comisionarán varios profesores y burócratas estatales para que realicen el trabajo de base y por si fuera poco, el jovencito conocido como el Aguacate, estrena residencia de más de dos millones de dólares en el exclusivo fraccionamiento Privanzas.
           Suertudo el chaval.
           Por algo, es el sobrino consentido del gobernador.
           Para arropar bien al recién ungido líder, se convocó a toda la familia y a toda la burocracia estatal. La primera asistió con gusto y felicidad; la segunda, con más pena que gloria porque tuvieron que aplaudir a un chico que de mortífero enemigo del PRI, ahora pasó a ser su representante más convencido.
           Ahí estuvo su abuelo, su padre, su madre, sus hermanos, sus tíos. Y por supuesto: un contradictorio gobernador que se ha distinguido por exponer un abierto desprecio a los priistas tamaulipecos y a su partido.
           Varios candidatos victimados por el PAN con el apoyo y la adhesión del Aguacate Morris y Egidio Torre Cantú en la pasada elección federal, se vieron en la amarga y humillante necesidad de asistir al empoderamiento de un sujeto de quien se sospecha va a operar para la oposición.
           Era el único de los Torre y de los Morris, que faltaba sumar al presupuesto.
           Nos acabamos de sumar al primer mundo.
           Como en España: los tamaulipecos, tendremos que costear la conducta parasitaria de la monarquía… política.

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