El Fogon
Josè Angel Solorio Martínez
El
2014 y el 2016 tamaulipecos, mostrarán escenarios sociopolíticos muy
prometedores para los partidos opositores
El
2014 y el 2016 tamaulipecos, mostrarán escenarios sociopolíticos muy
prometedores para los partidos opositores. Una sociedad agraviada por los
golpes que representan para su bienestar la reforma fiscal –y en algunos grupos
ciudadanos los efectos de la reforma energética-; profesores, cuya rebeldía puede
llevarlos a romper con el institucional; Ayuntamientos sumidos en dolorosas
precariedades y su penosa consecuencia: declinación de los servicios públicos y
el consecuente descontento social; y sobre todo, un PRI regional que viene de
penosas derrotas y una engañosa como viscosa victoria electoral.
El PRD ha sido borrado por sus
liderazgos ineficaces y organizaciones como el PANAL, PVEM, MC y PT, más bien
están presentes sólo cuando el PRI les proporciona vitalidad; o con ocultas
estrategias, o con visibles coaliciones.
Sólo el PAN, puede presumir de tener
energía para disputar el 2014 y el 2016 al PRI. Nuevo Laredo, Reynosa y
Matamoros, son las microrregiones que pueden apuntalar la lucha por la
alternancia en la administración estatal. Tampico, otrora bastión azul y
almácigo de potentes cuadros políticos es ahora una plaza devastada; decenas
–acaso centenas- de políticos y empresarios de empuje se marcharon del puerto
en busca de sitios más tranquilos. Quedó la morralla. (Esta circunstancia
permitió que gente arribista-priista como Magdalena Peraza, llegara y se
transformara en un factor de poder al interior del PAN porteño).
Eso no aniquila el deseo de algún
panista sureño de ser gobernador. Lo que refleja el escenario, es un desangrado
panismo jaibo y las fragilidades en la reyerta por el gobierno tamaulipeco.
El centro tamaulipeco evidencia un
panismo desmantelado. La fractura que generó la salida de Gustavo Cárdenas y su
grupo en Ciudad Victoria, dejó en estado agónico a la estructura azul. Y no se
avizoran, nuevos liderazgos que a 24 meses de la sucesión gubernamental puedan
acopiar fortaleza como para enfrentar el reto de buscar la gubernatura. El
panismo diletante encabezado por Lydia Madero y Leonor Sarre ha desaparecido. Y
la emergente presencia de Arturo Soto, se mueve en la incertidumbre.
En ese contexto, es casi una certeza
que la frontera se sacará la rifa del tigre. Tres microrregiones, -Nuevo
Laredo, Reynosa y Matamoros- cuentan con vigorosos personajes con los cuales el
panismo podría participar en la puja por la gubernatura. Carlos Enrique Cantú
Rosas, Francisco García Cabeza de Vaca y Leticia Salazar es la tríada de donde
podría salir el contendiente. El primero, alcalde de Nuevo Laredo con un
potencial nada desdeñable; el segundo Senador de la república, con una
experiencia indiscutible y la tercera, alcaldesa de Matamoros que le metería
diversidad y atractivo a la contienda, sin olvidar que de los tres es quien
cuenta con más batallas electorales a ras de suelo.
Nuevo Laredo, tiene la jornada cuesta
arriba.
Por décadas, la sociedad política
neolaredense ha mostrado una mentalidad separatista. La distancia y la
inevitable influencia política de Nuevo León, obliga a la clase dirigente a
poner más atención a lo que ocurre en Nuevo León y prohíja cierto desdén a lo
que pasa en Tamaulipas.
La lejanía no es sólo una barrera
geográfica. Es también un obstáculo político. Una campaña a gobernador de un
neolaredense costaría algunas tres o cuatro veces más, que a un reynosense o a
un matamorense.
Reynosa trae boleto para la pelea. El
apaleado panismo aún tiene fuerzas para proponer a Cabeza de Vaca. Con todo y
la vapuleada de julio pasado, la estructura de los panistas reynosenses aún les
da para sacar candidato.
Sin duda, Matamoros está en punta.
Lety Salazar trae con qué. Con casi media docena de campañas en su natal
Matamoros, una diputación federal que paseó por todo el estado y una alcaldía
que puede darle más lustre y solidez a sus expectativas, posee el mejor y mayor
espectro político.
Obvio: los escenarios por sí mismo no
ganan elecciones.
Por muy sonrientes que sean.
¿Podrá el panismo en Tamaulipas,
sacar raja electoral de las irritantes reformas de Peña Nieto?..
No veo mucho talento.
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