miércoles, 4 de septiembre de 2013

La deuda pública y el Congreso

El Fogón
José Ángel Solorio Martínez
El Congreso que capitanea el anodino reynosense Carlitos Gómez Solís, dejará a la mayoría de los tamaulipecos en la más completa indefensión.
          Este chico, con una frialdad asombrosa permitió a la mayoría de los Ayuntamientos dejar endeudados por varias generaciones sus fondos federales.
          Pudo pero no quiso, meter en cintura a los compulsivos deudores. Miles de millones de pesos, fueron a parar al pago de la deuda pública; esa fue la pifia: los endeudamientos permitidos por la Ley deben orientarse a obra pública o a fortalecer la oferta de servicios municipales.
          El Congreso y Carlitos, son cómplices por omisión…
…o por comisión.
          El Poder Legislativo, y Carlitos, nunca dieron seguimiento a los créditos.                    
          De esa manera. Nuevo Laredo, Matamoros, Reynosa, Río Bravo y Matamoros poseen deudas que casi rebasan los 3 mil millones de pesos.
          Sobra decirlo: la deuda golpeará a las nuevas administraciones que tendrán el desafío de pagar y su inmediata consecuencia: parálisis en el crecimiento y el desarrollo sociales.
          O no pagar…y sentir el escalamiento de la deuda por los intereses.
          Y vaya que los Ayuntamientos están pagando intereses: la deuda está contratada con la Banca privada, como Banorte y Bancomer.
          A ello suma Carlitos otro pecado: ha frenado informes públicos del estado que guardan las deudas de los Ayuntamientos.
          Carlitos y su pandilla de parlamentarios, bien pueden enfrentar un juicio político por sus acciones. La Ley lo contempla y la ética política lo exige.
          Un poquito más y Carlitos supera a su amada madrecita…

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