El Fogón
José Ángel Solorio Martínez
El Congreso que capitanea el anodino
reynosense Carlitos Gómez Solís, dejará a la mayoría de los tamaulipecos en la
más completa indefensión.
Este chico, con una frialdad asombrosa permitió a la mayoría de los
Ayuntamientos dejar endeudados por varias generaciones sus fondos federales.
Pudo pero no quiso, meter en cintura a los compulsivos deudores. Miles
de millones de pesos, fueron a parar al pago de la deuda pública; esa fue la
pifia: los endeudamientos permitidos por la Ley deben orientarse a obra pública
o a fortalecer la oferta de servicios municipales.
El Congreso y Carlitos, son cómplices por omisión…
…o por comisión.
El Poder Legislativo, y Carlitos, nunca dieron seguimiento a los
créditos.
De esa manera. Nuevo Laredo, Matamoros, Reynosa, Río Bravo y Matamoros
poseen deudas que casi rebasan los 3 mil millones de pesos.
Sobra decirlo: la deuda golpeará a las nuevas administraciones que
tendrán el desafío de pagar y su inmediata consecuencia: parálisis en el
crecimiento y el desarrollo sociales.
O no pagar…y sentir el escalamiento de la deuda por los intereses.
Y vaya que los Ayuntamientos están pagando intereses: la deuda está
contratada con la Banca privada, como Banorte y Bancomer.
A ello suma Carlitos otro pecado: ha frenado informes públicos del
estado que guardan las deudas de los Ayuntamientos.
Carlitos y su pandilla de parlamentarios, bien pueden enfrentar un
juicio político por sus acciones. La Ley lo contempla y la ética política lo
exige.
Un poquito más y Carlitos supera a su amada madrecita…
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