Tiempos de Guerra
Feliciano Rangel Montoya
18/09/2013
Para el 2006, la
población de México estaba más que segura, que el cambio foxiano no era más que
un juego de marketing político; aunque este fue en reversa que también es un
cambio.
La desilusión de todos los mexicanos
de la figura desgastada de Vicente Fox era evidente, el presidente que ha
llegado con el índice de popularidad más alto, un 80%, era ahora el que peor
aceptación tenia, en las últimas décadas, por debajo incluso de los momentos
más bochornosos del priismo.
El candidato a vencer era Andrés
Manuel López Obrador, el carismático y arrasador de masas, jefe de gobierno
capitalino, los números lo colocaban a un paso de Los Pinos, y del otro lado el
caballo negro, nada carismático, pero al parecer inteligente.
Después de todo, el PAN, como
operador político no tenía nada, sin embargo desde la misma casa presidencial,
se Maquiavelo la derrota del perredista, desde ahí los ríos de dinero
corrieron, y hasta el mismo IFE fue cómplice del fraude más evidente en la era
digital y así llego en medio de los cuestionamientos y de la legitimidad de su
victoria, el presidente de las manos limpias y del empleo.
La urgencia de legitimación de un
gobierno espurio, hizo a Felipe Calderón, en primera desmantelar el CISEN; por
su delirio de persecución, la mecha corta y el desplante hacia sus subalternos
lo hizo en poco tiempo un presidente detestable.
Pero eso no fue todo, con todo y a
pesar de todo, libro la más cruenta batalla en contra de la delincuencia
organizada, sin una estrategia, sin una asesoría de expertos, y con el afán de
darle un sello distintivo a su cuestionado gobierno.
Del empleo ni se diga, ese eslogan
jamás lo cumplió, y México cayó en su peor desempleo de los últimos 60 años, de
los cuñados que como Hildebrando Zavala, se hicieron ricos, vendiendo sistemas
a PEMEX.
Y lo más irrisorio, quiso hacer
gobernadora de Michoacán al orgullo de su nepotismo, Luisa María Calderón “La
Cocoa” y no puedo, el PRI y el PRD, le cerraron el camino, para vergüenza del
mismo Felipe.
De manos limpias nadie se acuerda,
los mexicanos recuerdan, las manos manchadas de sangre, con más de 70 mil muertos,
muchos mexicanos en los tianguis y en el sub empleo o desempleo.
A miles de madres llorando por sus
hijos, que aún no aparecen, y por si fuera poco, sus propios compañeros de
partido lo acusan de traidor y de vender sus voluntad al PRI, para que Enrique
Peña Nieto, obtuviera, los 6 puntos de ventaja y vencer a AMLO.
Felipe Calderón termino con las manos
Manchado de sangre, vapuleado en su tierra y acusado por los mismos panistas de
traidor…fue su salida y así es recordado.
De aquello
y lo demás…
Los diputados ya están en etapa de
transición, el congreso del estado se renovara de igual forma el primero de
octubre, ya los cursos de capacitación se han llevado a cabo, el que se perfila
para dirigir al cuerpo legislativo es Ramiro Ramos, que en su caso sustituiría
a Carlos Solís Gómez.
Carlos hizo buena chamba
calladamente, pero muy ordenado en su haber deja al congreso, con buenos
números y con expectativas altas, el que viene tendrá mucha tarea, que a partir
del primero de octubre se verá su mano en esta nueva
legislatura
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