martes, 29 de enero de 2013

LA REFORMA EDUCATIVA

Lic. Martín Díaz
Salazar

          Basándose en resultados obtenidos por Organismos de Evaluación Internacional, se ha reprobado a los alumnos de México, - y por ende a sus maestros, - lo cual ha motivado que una de las primeras acciones del Régimen Gubernamental Federal, sea la promoción de una Reforma Educativa. Una Reforma Educativa, que no alude a la currícula ni a los contenidos programáticos, si no que se refiere a las relaciones laborales de los trabajadores de la educación, con el estado.
          El examen citado, es el mismo que se aplica a todos los alumnos de los países participantes, sin tomar en cuenta el grado de desarrollo de estos. Por lo tanto, no se parte de un principio de equidad que explique los resultados.
La Reforma decreta:
          1.- “Se tomará en cuenta a los padres de familia para determinar los planes y programas de estudio”; parece no saber que la inmensa mayoría de los padres de familia, - en el mejor de los casos, - solo terminó la primaria.
          2.-Hablan de concursos para promocionar a cargos directivos. Hasta ahora, estos se han otorgado arbitrariamente porque no existe contrapeso que regule el poder sindical. Es el costo de las alianzas. Costo que los trabajadores asumen, como ocurrió con la reforma del ISSSTE, y ni a nivel nacional ni estatal hubo un líder que captara la agresión a los derechos de los trabajadores y que canalizara la inconformidad de estos.
          3.- Se decreta evaluación obligatoria para los maestros. Si nos remitimos a la escolaridad de estos, nos encontramos que desde su más tierna infancia han sido evaluados, - por dependencias oficiales, - y un examen recepcional, - avalado por el estado, - los declara aptos para desempeñar sus labores. Luego entonces, una evaluación más, no es la solución.
          4.- Con relación al séptimo punto, desde siempre, ha sido el maestro gestor de las mejoras escolares; lo que significa que también tiene qué organizar bailes, rifas, colectas, ventas, reinados, etc. etc. y además, aguantar las voces airadas de muchos periodistas y diversos medios de comunicación que dan por hecho, la gratuidad de la enseñanza.
          La aprobación de la Reforma Educativa, se ha utilizado para desatar una campaña mediática que denosta a los maestros. Se dice, y quizá sea verdad, que han perdido el respeto social. Es difícil competir contra programas televisivos como “La Tarea”, o  “La Escuelita” en las que hacen escarnio del quehacer docente. Que la voz de los maestros no tiene la resonancia de algunos seudoperiodistas quienes desde un estudio de televisión, llaman a los maestros “perros cochinos” y “miserables”. Y Carlos Marín tiene razón en opinar así, ya que a él no pudieron sus maestros meterle en la cabeza el principio de objetividad y de respeto que debe normar la actividad periodística.
          La tarea del maestro, es singular. No es el único factor que influye en la información y la formación del ser humano.
          En este, como en todos los problemas sociales, cada parte debe asumir la responsabilidad que le corresponde:
          Los maestros, conduciendo a sus alumnos con eficiencia, con profesionalismo y con responsabilidad. La parte sindical, velando por los intereses de los trabajadores y olvidándose de la grilla electorera que pagan todos y beneficia a unos cuantos; y el estado, concretando los postulados del artículo 3° constitucional, que decreta:
          La obligatoriedad, que no se cumple. El hacer exámenes de admisión, es una forma de encubrir la incapacidad del estado de dar un espacio a todos los aspirantes. (No hablemos de los que ni siquiera aspiran)
          Gratuidad. Aparte del salario de los maestros, son estos y los padres de familia, los que solventan las necesidades de la escuela.
          Laicidad. En la escuela como en el estado, la laicidad es letra muerta. Hace poco, presenciamos en cadena nacional, a todos, -todos- los aspirantes a la primera magistratura del Estado Laico, ir a besar la mano de la élite religiosa.
          Necesitamos todos ser evaluados. La mejor evaluación procede del orbe ético.
          Oigamos y atendamos la voz de la conciencia colectiva y la propia.


Versión completa de la edición escrita:

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