Lic. Martín Díaz Salazar |
Basándose en resultados obtenidos por
Organismos de Evaluación Internacional, se ha reprobado a los alumnos de
México, - y por ende a sus maestros, - lo cual ha motivado que una de las
primeras acciones del Régimen Gubernamental Federal, sea la promoción de una
Reforma Educativa. Una Reforma Educativa, que no alude a la currícula ni a los
contenidos programáticos, si no que se refiere a las relaciones laborales de
los trabajadores de la educación, con el estado.
El examen citado, es el mismo que se
aplica a todos los alumnos de los países participantes, sin tomar en cuenta el
grado de desarrollo de estos. Por lo tanto, no se parte de un principio de
equidad que explique los resultados.
La Reforma decreta:
1.-
“Se tomará en cuenta a los padres de familia para determinar los planes y
programas de estudio”; parece no saber que la inmensa mayoría de los padres de
familia, - en el mejor de los casos, - solo terminó la primaria.
2.-Hablan
de concursos para promocionar a cargos directivos. Hasta ahora, estos se han
otorgado arbitrariamente porque no existe contrapeso que regule el poder
sindical. Es el costo de las alianzas. Costo que los trabajadores asumen, como
ocurrió con la reforma del ISSSTE, y ni a nivel nacional ni estatal hubo un
líder que captara la agresión a los derechos de los trabajadores y que
canalizara la inconformidad de estos.
3.-
Se decreta evaluación obligatoria para los maestros. Si nos remitimos a la
escolaridad de estos, nos encontramos que desde su más tierna infancia han sido
evaluados, - por dependencias oficiales, - y un examen recepcional, - avalado
por el estado, - los declara aptos para desempeñar sus labores. Luego entonces,
una evaluación más, no es la solución.
4.-
Con relación al séptimo punto, desde siempre, ha sido el maestro gestor de las
mejoras escolares; lo que significa que también tiene qué organizar bailes,
rifas, colectas, ventas, reinados, etc. etc. y además, aguantar las voces
airadas de muchos periodistas y diversos medios de comunicación que dan por
hecho, la gratuidad de la enseñanza.
La
aprobación de la Reforma Educativa, se ha utilizado para desatar una campaña
mediática que denosta a los maestros. Se dice, y quizá sea verdad, que han
perdido el respeto social. Es difícil competir contra programas televisivos
como “La Tarea”, o “La Escuelita” en las que hacen escarnio del quehacer
docente. Que la voz de los maestros no tiene la resonancia de algunos
seudoperiodistas quienes desde un estudio de televisión, llaman a los maestros
“perros cochinos” y “miserables”. Y Carlos Marín tiene razón en opinar así, ya
que a él no pudieron sus maestros meterle en la cabeza el principio de
objetividad y de respeto que debe normar la actividad periodística.
La
tarea del maestro, es singular. No es el único factor que influye en la
información y la formación del ser humano.
En
este, como en todos los problemas sociales, cada parte debe asumir la
responsabilidad que le corresponde:
Los
maestros, conduciendo a sus alumnos con eficiencia, con profesionalismo y con
responsabilidad. La parte sindical, velando por los intereses de los
trabajadores y olvidándose de la grilla electorera que pagan todos y beneficia
a unos cuantos; y el estado, concretando los postulados del artículo 3°
constitucional, que decreta:
La obligatoriedad, que no se
cumple. El hacer exámenes de admisión, es una forma de encubrir la incapacidad
del estado de dar un espacio a todos los aspirantes. (No hablemos de los que ni
siquiera aspiran)
Gratuidad.
Aparte del salario de los maestros, son estos y los padres de familia, los que
solventan las necesidades de la escuela.
Laicidad.
En la escuela como en el estado, la laicidad es letra muerta. Hace poco,
presenciamos en cadena nacional, a todos, -todos- los aspirantes a la primera
magistratura del Estado Laico, ir a besar la mano de la élite religiosa.
Necesitamos
todos ser evaluados. La mejor evaluación procede del orbe ético.
Oigamos y atendamos la voz de la
conciencia colectiva y la propia.
Versión
completa de la edición escrita:
Visítanos
en
No hay comentarios:
Publicar un comentario