Durante mi adolescencia conocí a líderes de izquierda, que en aquellos tiempos, hace como 4 décadas, pensaban sinceramente que el manejo del petróleo, la electricidad, los ferrocarriles y los puertos por parte del Estado, evitaría la explotación de los trabajadores, y que esa propiedad estatal garantizaría la soberanía de México.
Después de cuatro décadas de fracasos de los monopolios estatales en México y en el mundo, la única razón, atrás de su conservación, es el poder y el dinero.
Al analizar los millones de dólares que han ganado ilícitamente contratistas, funcionarios y líderes obreros en las compañías eléctricas y petroleras mexicanas, queda claro que actualmente los argumentos de soberanía, nacionalismo y el de evitar la explotación de los trabajadores, no son más que una fachada para justificar el desvío impune de millones de pesos y de dólares a favor de mafias que utilizan los términos soberanía, autonomía y nacionalismo para enriquecerse y formar camadas de “Ricos del Gobierno”, como lo explico con más detalle en un libro con ese título.
Todavía hay gente de buena fe que milita en grupos y partidos de izquierda que piensa sinceramente que mantener el petróleo o las compañías eléctricas en manos del Estado beneficia al país. Esas personas, crudamente hablando, hacen el papel de “idiotas útiles” para que contratistas privados, funcionarios y líderes obreros, que han amasado fortunas mayores a las del 99% de los empresarios en México, lucren con los monopolios estatales, que no tienen ninguna justificación ética, social y económica para existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario