Tangente
Oscar Díaz Salazar
La reactivación de los trabajos de construcción del puente “El Muñeco”, ubicado al sur del municipio de Reynosa, es un éxito que presume el Diputado Juan Manuel Rodríguez Nieto, quien hiciera la gestión respectiva en la comparecencia del Secretario de obras públicas del gobierno de Tamaulipas, en el marco de la glosa del segundo informe de gobierno de Egidio Torre Cantú.
Por varios años el trazo carretero que une a Reynosa con el municipio de San Fernando tuvo (aun tiene) una grieta en el sitio en el que se derrumbó un puente que por negligencia, indolencia o por lo que usted quiera y mande, no se volvió a edificar.
Además de representar un “quiebre” en el camino, en el sitio que se localiza en la parte mas al sur del municipio de Reynosa, con el riesgo que implica desde el punto de vista de la conducción vehicular, la disminución en la velocidad y la salida del camino son factores que abonan al riesgo de los viajeros en cuanto a sufrir un ataque de los maleantes que actúan en las carreteras.
La respuesta que ofreció el Secretario de Obras, Manuel Rodríguez Morales, para explicar la parálisis en los trabajos que son responsabilidad de la dependencia en la que ya lleva dos años como responsable, fue señalar a la inseguridad provocada por la delincuencia organizada como el factor que ha impedido la construcción del puente.
El mismo argumento de la inseguridad fue retomado por el Diputado Rodríguez Nieto para exigir la reanudación inmediata de la construcción del puente, que por años ha sido un monumento a la ineficiencia del gobierno y una prueba contundente de la poca importancia que le otorga el gobierno central (estatal) a los problemas de la provincia.
La demora en reponer este cruce vehicular es entendible, mas no comprensible. Es entendible porque las autoridades, los jefes, no han tenido oportunidad de ver este problema. Desde las alturas a las que navegan los aviones no es visible el hueco en la carretera y la vereda que se suponía provisional, pero que ya llegó a un lustro de existencia.
La resistencia para tomar las decisiones y girar las instrucciones para que se reanuden las obras para construir el puente, son mas reprobables si consideramos que el Ing. Manuel Rodríguez fue comisionado por su jefe para atender en especial los asuntos - particularmente los políticos - de Reynosa, el municipio en el que reside la mayoría de la población afectada por este problema.
Si no atiende lo que a su Secretaría compete, difícil es esperar que el líder (¿moral?) de la pandilla del concreto y el asfalto que gobierna en Tamaulipas, intervenga o abogue por alguna necesidad o beneficio de los reynosenses.
Pero no quiero contaminar con el pesimismo – realismo habitual de esta columna, con la buena nueva que con satisfacción me comentó el Diputado Rodríguez Nieto. Esperemos que la obra se ejecute con rapidez y calidad, y que no se hagan realidad los temores de las autoridades que pospusieron por varios años esta obra.
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