viernes, 3 de diciembre de 2010

Centrales campesinas ¿son el campo?


Luis Pazos
          Durante la aprobación del presupuesto para el 2011, quedó claro que el grupo más fuerte del PRI es el sector campesino, quienes a pesar de haberse asignado un millonario presupuesto al campo, de casi 300 mil millones de pesos, no quedaron conformes. Algunos de los líderes campesinos, afiliados al PRI, señalaron que darle menos presupuesto al campo es traicionar a México.
          Una cosa es el campo y otra las centrales campesinas las que desde el siglo pasado han lucrado con los presupuestos para el campo. A pesar de que cada año los presupuestos al campo son mayores, en poco reducen la pobreza de ese sector. La causa es que la mayoría de los recursos de los programas para el campo son controlados por grupos organizados, cuyos líderes y directivos absorben y distribuyen la mayor parte del dinero con criterios políticos y electorales.
          El siglo pasado, ningún campesino que no perteneciera a organizaciones afiliadas al PRI recibía recursos de los programas del Gobierno Federal. Aunque esta década se ha tratado de romper ese corporativismo fascista en el campo, monopolizado por un partido político, todavía en el Congreso los diputados del sector campesino del PRI, los más numerosos de esa bancada, son quienes deciden si se aprueba o no el presupuesto. Como lo señalo en el libro ¿Quién manda en México? esas centrales campesinas son las que garantizan la mayor cantidad de votos a los candidatos priístas en toda la República, su pago es a través de los recursos etiquetados para el campo.
          Si analizamos en las elecciones estatales de los últimos años, el voto proveniente de los campesinos controlados por grupos afiliados al PRI, especialistas en apuntarse como beneficiarios en los programas para el campo, son los determinantes para el triunfo del PRI.

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