jueves, 7 de julio de 2016

El Fogón

La derrota de los independientes…
José Ángel Solorio Martínez
          Los candidatos independientes en Tamaulipas, se convirtieron en uno más de los intentos democráticos fallidos en la vida política regional. No por el resultado, que para ser objetivos resultaron generosamente beneficiados con más simpatías de las esperadas; por ellos, y por los observadores de la contienda.
          (Dos independientes lograron filtrarse a las alcaldías. De menor calado.)
          Tres de los candidatos independientes de mayor potencia, fueron los de Reynosa, Río Bravo y Ciudad Victoria. El JR Gómez, Carlos Ulibarri y Xicoténcatl González, respectivamente se pusieron a la cabeza en las preferencias de la ciudadanía.
          El reynosense, sobrepasó los 50 mil votos.
          El riobravense, rebasó los 10 mil sufragios.
          Y el capitalino obtuvo casi 25 mil papeletas.
          En términos globales, el proyecto sin partido, logró más de 100 mil simpatizantes en las urnas en la disputa por el poder municipal. (Hay que recordar, que el aspirante independiente a la gubernatura defeccionó y a última hora le brotó el amor por los partidos).
          Nade despreciable.
          En el sentido estadístico, los independientes son la tercera fuerza político-electoral en Tamaulipas.
          Mucho más, que los que obtuvo el PRD, MC, MORENA, el PT y otros.
          El viscoso proyecto de los independientes, se mueve dentro de un complejo escenario.
          ¿Para qué los votos?..
          ¿Para qué participar en política?..
          ¿Para qué llegar a los Ayuntamientos?..
          ¿Cómo construir un liderazgo desde afuera de los partidos?..
          El éxito de los sin partido, es al mismo tiempo la derrota de los adversarios del sistema de partidos. Como el PRI, los independientes no salen de su desconcierto. Creían que con el solo manejo de un justo discurso contra el injusto sistema de partidos los haría gobernantes –así como por el arte de magia de los nuevoleoneses- y demolerían a la perniciosa –dicen ellos- partidocracia.
          La derrota los tiene paralizados y atónitos.
          Todos se creyeron el Bronco.
          ¿Qué demonios hacer con más de 100 mil votos?..
          ¿Se podrá convertir esa multitud de sufragios en energía social?..
           Tienen en sus manos una mina de fuerzas sociales. Pero no la ven.
          Poseen, un capital político formidable, pero no lo palpan y por lo mismo no pueden articular un movimiento para cambiar lo que tanto abominan: la dictadura partidista.
          La derrota de los independientes, la están construyendo ellos mismos. Están echando por la borda, una amplia franja de adhesión popular, como no la ha tenido otro proyecto político de tan joven manufactura.
          Tan colapsada quedó la red de independientes que ni siquiera han reflexionado qué perdieron y qué ganaron en la contienda del 5 de junio.
          ¿Qué van a hacer los regidores independientes?..
          No se percibe otra cosa: lo mismo que los regidores representantes de partidos. Esta es la gran derrota de los sin partido: abominar a las organizaciones y cada día, asemejarse a ellas.
          Ulibarri, regresará a sus negocios.
          JR Gómez a la vida frívola, superficial que le caracteriza.
          Y el doctor Xico, regresará a su montura.
          Los dos alcaldes que llegaron con el título de independientes, gobernarán como el PRI.
          ¿Qué efectos generará en la ciudadanía las conductas de políticos espontáneos, efímeros?..
          En cualquier caso, no brotarán bendiciones de un electorado que esperaba más de esos protagónicos candidatos.
          ¿Aportan algo a la democracia esos actores?..
          Sólo por la naturaleza de su participación.
          Legitiman un proceso que dicen odiar.
          En este 2016, los independientes están quedando a deber…


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